sábado, 3 de noviembre de 2018


Una alineación para recordar...negativamente.
Se puede jugar bien y perder, pero cuando se pierde jugando mal, rematadamente mal el partido es como una patada en la boca del estómago. Analizando el juego del Nàstic me recordó la película de los hermanos Marx Una noche en la ópera y la famosa escena del camarote entrando y saliendo gente; en el césped del Carlos Belmonte los jugadores granates corrían como pollos sin cabeza, se estorbaban en defensa, no se ayudaban en ataque ante la desesperación del metre en la película y Enrique Martín en Albacete. Más que un partido fue un esperpento, demostrando una vez más que quién debería acompañar a Gordillo es el director deportivo Arnal Llibert porque como tenga que fichar en el mercado de invierno vamos caminito de Segunda B. Ni en los tiempos de Ricardo Resta se fichó tan mal.

En tierras manchegas el Nàstic se encontró con gigantes en lugar de los molinos de viento. Se vivió un verdadero caos con una defensa hecha añicos, con una sala de máquinas parada y arriba con jugadores que parecían figurines del Corte Inglés por su estatismo. Me cuesta encontrar un partido del Nàstic tan nefasto, de tanta impotencia; de no mediar la gran noche de Isaac Becerra se pudieron superar los seis goles de Levante y Granada de hace algunos años.

El milagro frente al Oviedo fue más bien un espejismo. El Nàstic volvió as saltar sobre el césped apático, sin espíritu, fue un equipo amorfo, aletargado, indolente en algunas fases y sobre todo triste, sin chispa. Quizás toda la culpa no sería de José Antonio Gordillo, digo yo, después de presenciar la pachanga grana ante un Albacete serio, bien situado sobre el campo y con un hambre de balón insaciable.

Parecía que el Nàstic había aplazado la noche de Halloween veinticuatro horas y salieron al campo disfrazados de zombis, sin cuerpo ni alma, fue un equipo de hologramas que sucumbieron ante la coherencia táctica del rival.  Ahí va un detalle: Becerra hizo doce paradas, encajó dos goles, un poste e hizo un penalti no señalado. Pudo ser un órdago a lo grande. Y que nadie recurra a la actitud...porque no la hubo. Puede a unos futbolistas profesionales olvidárseles el coraje, la entrega y la presión que demostraron siete días atrás?

El camarote de la película hacía mucha gracia, pero el camarote sobre el césped albaceteño dio mucha pena, muchísima. Los futbolistas por contrato deberían de tener vergüenza y si no devolverlos al club de procedencia. Y ahora diez días para recibir al Zaragoza un lunes a las nueve de la noche...ya pueden regalar entradas.

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

BECERRA (8): Inconmensurable todo el partido, el segundo gol le pilla, una vez más, a media salida. Con los saques largos se perdieron todos los balones.
MEJÍAS (2): Muy despistado e impreciso. Jugó pocas veces el esférico. Nublado para iniciar las jugadas.
ALBENTOSA (2): De héroe a villano en una jornada. Erró en el primer gol local y estuvo desajustado en las marcas. Blando por arriba.
CADAMURO (0): Horroroso. Pide a gritos la salida del equipo; sin nivel, pero la culpa es del iluminado que lo fichó.
SEBAS (2): Desangelado, ofuscado en las entradas por banda y muy impreciso en los pases. Se inhibió y esto es lamentable.
BRUGUÉ (3): Fatal en defensa, fue un agujero negro su banda, estuvo mejor en labores ofensivas. Está muy verde para defender.
FALI (2): Desconocido, estuvo ausente y se complicó en pases muy claros. No supo dar aplomo al centro del campo.
ROCHA (2): Mal, no pudo llevar la manija del partido; impreciso en las asistencias y completamente desfondado en el tramo final.
MÁRQUEZ (2): Ni a balón parado. Apareció muy poco, se quedó diluido entre líneas y dejó armar el juego al rival.
LUIS SUAREZ (1): Estático, apático y sin crear una sola ocasión. Nada a ver con el jugador de la pasada jornada.
MANU BARREIRO (1): Otro que no estuvo en el partido. No pudo generar ni una sola jugada de gol. Tampoco arriesgó.
TETE (1): Un partido más negado del andaluz, salió con media hora por delante pero prácticamente 
MANU del MORAL (4): Se le vió más activo que sus compañeros. Por lo menos chutó en un par de ocasiones. Pudo estar más intenso.
DUMITRU (1): Siempre va a su bola, dribla en exceso y pierde demasiados balones. Otra vez mal.

ENRIQUE MARTÍN (3): Se supone que conocía el juego del rival y era más partido para Javi Jiménez, para cerrar la banda, que para Brugué. Tardó en los cambios. Se le vio muy parado en el banquillo.

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