martes, 28 de abril de 2020

Josep Maria Andreu: «Als jugadors els hauria de caure la cara de ...
En sus manos encomendados nuestro espíritu grana y nuestro futuro.

Yo pisaré las gradas nuevamente de lo que fue el Nou Estadi confinado y en un hermoso césped liberado me detendré a llorar por los ausentes. Retornaran lo goles, los cánticos que quemó un virus asesino, renacerá mi equipo de su ruina con el apoyo de sus fieles seguidores. (Aquí póngale la música de Pablo Milanés)

Costará tiempo y dinero; hará falta retirar los rescoldos y la ceniza del gran incendio del futbol para reconstruir un engranaje completamente destruido. Liga anulada, ascensos y descensos en los despachos y a esbozar un nuevo futbol, distinto, que debería arrancar en el mes de agosto. Los clubes precisaran respiración asistida para no desaparecer tal como ocurriera a raíz del crack de 1929 con muchos equipos de Futbol, Basquet y Beisbol en USA que quebraron.

El Nàstic no será una excepción y deberá reinventarse; Josep Maria Andreu tendrá que volver a ejercer de estadista como supo hacer con el asalto a la Primera División y enjugando un déficit que superaba los ocho millones de euros. A partir de la próxima temporada el Nàstic (como el resto de equipos) rotará en torno a un adverbio: menos. Sí, menos presupuesto, menos aportaciones de patrocinadores, menos abonados, menos espectadores, menos trabajadores.

La supervivencia resultará cara y primarán las buenas canteras (jugadores de coste cero), el ingenio de los dirigentes, la experiencia en situaciones extremas y sobre todo la fidelidad de las aficiones. Ahora que parece que los contagios del COVID19 van a la baja habrá que esperar que se produzca otro tipo de contagios, el nastiquer; que la infanteria una vez más cierre filas y forme una piña alrededor del club,

Cierto que el presidente Andreu en las dos últimas temporadas tuvo claroscuros en la gestión con el descenso y la mala campaña actual, pero ahora toca mirar hacia delante y adaptarse a las nuevas y dolorosas circunstancias que nos aguardan. Los contratos con algunos jugadores de la plantilla son inasumibles, jugar como mínimo hasta finales de marzo a puerta cerrada será la ruina para los clubes modestos. Además costará volver al hábito de acudir al Nou Estadi por miedo al contagio, por desánimo o por la situación económica que atravesarán las familias.

Desde aquí toca insuflar ánimo y nuestro apoyo incondicional al presidente Josep Maria Andreu y a todo el Consejo de Administración de la SAD. Hoy que nos ha dejado uno de los referentes más importantes y genuinos del periodismo deportivo, Michael Robinson, hagamos nuestra la frase que él siempre abanderó We will always walk together.
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