Hay mimbres
Marc Álvarez (el mejor ayer) peleando un balón con Arroyo. (Foto Grada3)
Tal vez la única decepción del primer amistoso serio de la pretemporada fue observar que los espectadores, después de sesenta días sin futbol, no respondieron y apenas llegaron al millar. Recuerdo la década de los setenta cuando se se organizaban tres o cuatro amistosos y la asistencia rondaba entre los seis y siete mil espectadores. Ahora hay empacho de futbol.
Los encuentros de pretemporada sirven para que los técnicos vayan ajustando el engranaje y los espectadores descubran las caras nuevas y puedan especular sobre sus cualidades, pero poco más. La hora de la verdad se inicia con el pistoletazo de salida de la liga 1ªRFEF.
Con mucha cautela podría asegurar que hay mimbres para confeccionar un buen cesto, que la plantilla con relación al pasado curso dispone de mayor versatilidad, que permite mas variaciones de los sistemas y que siendo realistas está perfectamente capacitada para luchar por una plaza en los play off. Ahora para que el cesto luzca será necesario encontrar una disposición táctica que permita exprimir las cualidades de los futbolistas. El trabajo ahora está en las manos de Dani Vidal e Iban Moreno.
Del once del primer tiempo me gustó el rescate de Marc Álvarez de la banda al eje del ataque (para mi el mejor de loa cuarenta y cinco minutos iniciales). De los nuevos destacó el joven central navarro Dufur, sin perder la colocación estuvo rápido y con criterio en la salida de balón, bien acompañado por Trigueros. Borja se prodigó en el centro del campo abarcando terreno y combinando con criterio. Hubo debilidad defensiva en los laterales (Tirlea y Quirós). Pablo y Andy comenzaron al nivel que acabaron el pasado curso. Mario apagado, Dani Parra con alguna duda y lo más sorprendente la invisibilidad de Montalvo.
En la segunda parte el equipo puso más rapidez con un Gorostidi mejorado, un Pol Domingo muy fiable y Urbina que sorprendió gratamente. Joan Oriol acusó falta de forma y Marc Fernández quedó muy aislado. Oscar Sanz, David Concha y Pochettino pudieron participar poco. Nacho justito y Jaime Jardí, sin apenas entrenar, logró un gol y demostró que puede ser un jugador desequilibrante. Lástima que cuando ya parecía que el XIV Trofeo Ciutat de Tarragona se quedaba en casa un mal servicio del meta Pirot propició la jugada del empate y un error en cadena en el descuento dio el triunfo a un Andorra con mucha posesión de balón, pero con muy poca profundidad.
Buena prueba superada y con un enorme trabajo de presión que equivale a un excesivo desgaste físico. Ahora tocará ver que sucede la próxima semana ante el Real Zaragoza.
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