(Para celebrar los siete años del ascenso a Primera que tuve el privilegio de transmitir en directo desde Xerez, quiero reproducir un artículo que publiqué tres días después en las páginas del 'Diari de Tarragona'  y al que le hecho unos pequeños retoques. Espero que os guste)

 
 

    'Para quienes vivieron con el equipo en Primera pero ya no viven; para quienes viviendo lo vivieron poco; para los socios que creyeron en el retorno a la tierra prometida; para los que se fueron quedando por el desierto del interminable éxodo; para los jóvenes socios de la movida grana; para los padres que supieron educar a sus hijos en la sugerente asignatura nastiquera y para los hijos que, por una vez, siguieron el consejo de sus padres.

Para los presidentes que perdieron amigos, tiempo, salud y dinero; para los presidentes que ganaron ascensos, respeto, gloria y honores; para los directivos que quisieron figurar y no figuran ni en el libro de actas; para los directivos empeñados en trabajar y que acabaron empeñados por su trabajo; para los entrenadores que echaron raíces en el Club; para los entrenadores a los que echaron de raíz del Club.

Para los escasos jugadores que jugaron muchos  partidos; para los muchos jugadores que jugaron escasos partidos; para los delanteros que marcaron muchos goles; para quienes los fallaron en demasía; para los defensas que ganaron puntos sobre el campo de juego, para los que los ganaron (de sutura) sobre el campo de su cuerpo; para los pivotes con piel de artista; para los pivotes con piel de obreros; para los porteros que pararon en el césped y para los que no pararon de estar en el banquillo; para los extremos que corrieron por la banda, para los interiores que hicieron correr a los extremos.

Para los socios pobres, pero ricos en ilusiones; para los socios ricos, pero pobres en generosidad; para los socios de buenas acciones; para los accionistas que trajeron nuevos y buenos socios; para los perseverantes seguidores del Gol Norte y del Gol Sur; para los inquilinos de la Preferente que se mojan; para los socios de tribuna que no se mojan; para los arribistas que se enganchan al equipo con los éxitos; para los obstinados que creen que Catalunya acaba en la Diagonal; para los flexibles que creen que el Sur también existe; para los pacientes aficionados fieles hasta el último instante; para los impacientes aficionados infieles desde el principio; para los que son socios desde la pila bautismal, para los socios que se van con la bandera sobre el ataúd.

Para la prensa que ha criticado a los futbolistas indolentes; para los futbolistas vanidosos que han criticado a la prensa insolente (a veces); para los periodistas comedidos que han escrito con equilibrio las epopeyas granates; para los periodistas viscerales que escriben al dictado de un sentimiento; para los locutores de radio a los que se nos quebró la voz cantando algún gol; para los fotógrafos que han retratado los instantes épicos; para los tertulianos que juegan a técnicos; para los técnicos que emulan a los tertulianos; para los jóvenes internautas que navegan y sufren por el proceloso mar grana.

Para los optimistas en tiempo de vacas flacas; para los pesimistas en tiempo de vacas gordas; para los fieles devotos de Sant Magí i Santa Tecla; para los que creen en Santa Rita, patrona de lo imposible; para los impedidos que no pueden ir al fútbol; para quienes deberían impedir de que fueran; para los que imploran un pase para acceder al campo; para los que pasan de acercarse al Nou Estadi; para los solitarios en la grada a los que Nàstic acompaña; para las acompañantes que se sienten solas en la grada; para los tarraconenses ausentes a los que el Nàstic acerca; para los tarraconenses presentes que rompen el carné cuando pierden la fe; para los jubilados curtidos por la experiencia; para los expertos que no deberían jubilarse jamás.

Para los falsos predicadores que profetizan la hecatombe del fútbol; para los apóstoles granates que predican desde el púlpito de las ‘Penyes’ y mueven masas; para los desilusionados del: baixarem; para los ilusionados del: tornarem; para los enamorados que se besan con labios pintados de carmín grana; para el ‘Mingo’ y la ‘Rosona’, que presumen en el ‘seguici’ de de su condición nastiquera; para los masajistas del ‘agua milagrosa’, la bolsa de hielo y el réflex; para los médicos de diagnóstico certero; para unos secretarios técnicos que trabajan día y noche; para otros que sólo toman el sol de día y viven la noche en exceso.

Para los intelectuales presuntuosos que esconden su pasión por el fútbol; para los poco instruidos que muestran su jolgorio futbolero sin altanería; para los parados a los que el fútbol mueve; para los enfermos, que sanan con la medicina granate; para los sanos que se enferman viendo al Nàstic; para los incrédulos que volvieron a creer al ver al equipo en Primera División; para los locos que aquel ascenso les devolvió la cordura; para los cuerdos que se volvieron locos en la Plaça de la Font; para los ciegos que son capaces de 'ver' al Nàstic.

Para los presumidos que se mueren por ir al palco a figurar; para los discretos que presumen de no querer ir al palco; para los intermediarios vendedores de humo; para los cazatalentos que ven a través del humo; para los amigos de los amigos del primo hermano del ‘crak’ de turno; para las víctimas de quienes dirigen el fútbol desde un despacho; para los que se despachan a gusto cuestionando a los dirigentes; para los que siempre pierden por culpa de los demás; para los que siempre ganan a costa de los demás; para los que lucen el escudo del Nàstic en la solapa; para los que lo llevan tatuado en la piel; para los que lo tienen injertado en el corazón.

Para los utilleros, confesores y limpiabotas huéspedes de la soledad en la catacumba del vestuario; para los delegados atentos, prudentes y serviciales; para los cortadores-cuidadores-peinadores del césped; para los conserjes que vivieron y viven en las entrañas del Nou Estadi; para los recogepelotas, que sueñan con el día en que se las recojan a ellos; para los taquilleros que nunca ven el principio del partido; para los guardias de seguridad que lo ven de espaldas; para los porteros de antes con gorra de plato; para los conductores del Bus que han conducido de la Tercera a la Primera División; para los ruines que hacen del fútbol su negocio; para quienes se arruinan por tomar el fútbol como un deporte; para los nostálgicos que añoran el futbol pretérito, para los pragmáticos que solo viven del presente, para las nuevas generaciones que vivirán el futuro.

Para toda una ciudad que se calzó las botas de futbol, entregada por una gran causa, embriagada con un sentimiento, rebosante de orgullo con su equipo, emocionada con la meta conseguida, feliz en su matrimonio con el Nàstic, bañada en grana como un cielo enrojecido de desbordante ilusión. Para ti, para mí, para ellos. La gloria es PARA TODOS¡'
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