sábado, 10 de agosto de 2013

'Cuando un amigo se va queda un espacio vacío' (Alberto Cortez)
Rafa González, en paz descanses...

Fue una tarde de viernes de contrastes. El cuerpo de Rafa en un sencillo ataúd, como sencilla fue su vida, penetrando en un nicho vacío con los aplausos que herían el silencio del cementerio y que no podían apagar el llanto de la madre. Rafa González me hizo la primera entrevista en diciembre de 1987 en Radio Cambrils con motivo de mi libro 'Gimnàstic 100 anys de Historia' y  la última  en 2011 en Canal Catalá con la presentación de 'Gimnàstic 125 anys fent historia'. Quiso volar pronto para cicatrizar heridas de infancia y descubrió la magia de la Radio, y de la Radio hizo su vida y se enamoró y se entregó, a cambio recibió poco, casi nada, un despido de una empresa por la incompetencia de sus dirigentes (importan más los dividendos que las personas). Rafa comenzó a sufrir, a deslizarse por el tobogán de la depresión, a entrar en un laberinto del que no encontraría la salida sin que nadie fuéramos capaces de darnos cuenta y frenar un adiós anunciado. Rafa era único; iconoclasta, irreverente, ácrata, mordaz, un tímido con un gran corazón, un inconformista incómodo para los 'abrazafarolas' que decía 'Butanito' un referente de Rafa. Al final no pudo aguantarle el pulso a la vida, pero la vida -que injusta, le debía una segunda oportunidad.
 
Dos horas después de dejar el cementerio iniciaba un viaje por el túnel del tiempo para ver el primer partido oficial de la era Castillejo, el destino Jesús y María, un campo chiquito con la iglesia a un lado que funciona desde 1928 y que en los años cincuenta y sesenta, jugar allí era como ir a la guerra de Corea; incluso había taxistas (antes los colegiados viajaban en taxi) que se negaban a llevar a los árbitros por aquella zona. Los tiempos y el futbol por suerte ha cambiado y el público se comportó con toda corrección.
 
Nada más llegar al campo pensé en Rafa, amante del futbol tradicional y exento de mariconadas, por que tuve que manuscribir las alineaciones hecho que no me sucedía desde el siglo pasado.  Encuentro de Copa Catalunya entre dos equipos separados años luz, los locales que estrenan nueva categoría pero que están faltos de centímetros y sufrirán fuera de su campo. El Nàstic fue a por el partido desde el primer minuto porque este equipo sabe a qué juega y a dónde quiere llegar. La suma de los noventa minutos dejó claros algunos conceptos: habrá lucha en la portería entre Reina y Tomeu; en el lateral derecho dos opciones para cerrar Juanjo, para abrir el carril Calavera; la pareja de centrales parece clara Xisco-Viale, primer opción Aleix, y Fran puede cambiar de destino; Ramón Verdú será el propietario de la izquierda.
 
En el centro del campo existen varias opciones: Beñat-Molina-David Sánchez o Beñat-Rocha-David o un claro doble pivote. Por las bandas Lago Junior, Ferran Ginez o Perera, mientras no esté recuperado Javi Martínez y arriba Marcos o Perera en función del sistema. Querol tendrá que esperar su oportunidad. Al equipo le sigue faltando un media punta y un central si al final el pequeño de los Velez marcha.
 
Un Nàstic con hechuras,  presionante arriba, contundente atrás, práctico en los conceptos defensivos y con verticalidad (cuatro goles, dos palos, ocho disparos, tres bien dirigidos), me gustó pero habrá que esperar al próximo rival en la siguiente ronda de la Copa Catalunya el sábado y el inicio de Liga frente al Lleida. ¡Ganas no faltan¡.

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