CAPITULO IX (Delantero centro)

23:25  

 

      Valero Serer, el millor nou de la historia del Nàstic, amb el irrepetible Johan Cruiff.

		Avinguda Catalunya					Nou Estadi
Nº	Temp	Jugador	P		Nº	Temp	Jugador	P
1	59/71	Valero Serer	289		1	99/O3	Santi Castillejo	100
2	45/48	Francisco Peralta	50		2	15/17	Achille Emaná	55
3	22/31	Benjamín Álvarez	129		3	O6/07	Javi Portillo	35
4	22/27	Paco Casas	62		4	74/76	Waldemar Cáceres	54
5	43/46	Ricard Coll	54		5	15/16	José Naranjo	37
6	69/70	José Jorge	23		6	O3/06	Diego Torres	116
7	52/56	Fernando Gil	69		7	17/19	Ike Uche	75
8	68/73	Ignasi Rojas	150		8	94/96	Gerard Escoda	81
9	58/65	Joan Beltri	64		9	84/86	Dani Sánchez	66
10	65/66	José Cantón	34		10	O7/08	Víctor Casadesús	36

 Nou Estadi

Nº	Temp	Jugador	P
11	18/19	Luis Suárez	36
12	73/74	Leandro Sospedra	30
13	1º/12	Berry Powell	60
14	83/91	Ramon Masqué	202
15	9O/96	Ángel Oribe	198
16	12/16	Marcos Jiménez	136
17	O7/09	Moisés García	53
18	14/16	Rayco García	50
19	91/93	Felipe Campuzano	53
20	87/88	Xavi Escaich	37

 * Partidos de Liga

Miren por donde en el capítulo dedicado a los '9' del TOP-TEN grana me ha surgido un grave problema, En el Nou Estadi me he visto obligado a doblar los arietes destacados pasando a veinte para procurar ser ecuánime.

En los delanteros centro de  l'Avinguda de Catalunya, no existe discusión Valero Serer fue el mejor, capacidad de desmarque, duro con los centrales, goleador tanto con la pierna derecha como con la cabeza. Un ídolo. Le sigue Francisco Peralta, que anotó un promedio de gol por partido. Un killer. Álvarez, antes de la guerra, fue un delantero pletórico que  sería desequilibrante y brillante.  También en aquella época el tarraconense Paco Casas era un seguro de gol. El barcelonés Ricard Coll fue un delantero potente, rápido y muy hábil.

El cántabro José Jorge fue el mejor rematador de cabeza que vistió la camiseta grana, de potente salto disponía de un cañón en su frente.  Fernando Gil, muchos años después presidente de la Agrupación de Veteranos,  era desequilibrante en el área y de certero remate. Ignasi Rojas, de juego pausado disponía de una gran técnica y mucha movilidad. El rapitenc Joan Beltri, fue un delantero de juego reposado que tuvo que competir con Valero Serer. El vasco Cantón, era un tanque, lento pero de un remate letal.

Ya en el Nou Estadi, encabeza el ranquin el máximo goleador de la historia de Segunda B, el navarro Santi Castillejo un caza-goles de muchos quilates. El camerunés Achille Emaná fue un regalo de Promosport para los seguidores granas, un artista del balón con mucha luz pero también con sombras.  El madrileño Portillo ofreció goles y calidad en la temporada de Primera.  El uruguayo Waldemar Cáceres, todo corazón y fuerza, mostró un gran rendimiento.

Al andaluz José Naranjo le disfrutamos una temporada pero sorprendió con su enorme capacidad realizadora. El castellano Diego Torres fue el comandante del gol en la Liga del ascenso.  Ike Uche fue un delantero desequilibrante que  ofreció calidad y goles. El malogrado Gerard Escoda puso su técnica al servicio del gol.  El bilbaíno Dani Sánchez fue un seguro de gol y una infatigable lucha en cada partido.  Víctor Casadesús, a mi juicio, el delantero centro más completo: movilidad, remate, certero con la derecha y oportuno con la cabeza.

Y en este capítulo obligadamente hemos de añadir otra decena de buenos arietes.  El colombiano Luis Suárez, delantero camaleónico con buena finalización. Leandro Sospedra, el valenciano, fue un ariete fino, estilista y con gol. El holandés Berry Powell, mejor sobre el césped que fuera de el, muy trabajador. 

El reusense Ramón Masqué era elegante, inteligente y con una gran visión del juego.  Otro reusense Ángel Oribe, un terremoto, fuerte, desafiante con el marcador y con buena definición.  El balear Marcos J. de la Espada, era un Robinson Crusoe, en la soledad del área resultaba decisivo, letal.  Moisés García, un trotamundos del balón, ponía al servicio del equipo su experiencia y pillería.  El canario Rayco, de juego discreto siempre se encontraba en el lugar adecuado en el momento oportuno. 

El barcelonés Felipe Campuzano, supo explotar sus centímetros y poseía el preciado don de la anticipación. Y Xavi Escaich que tenía el gol entre ceja y ceja.  Supongo que, amigo lector, tal vez otros nombres bailen por su cabeza. Reitero que es una selección subjetiva.

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