Un escocés, un Huracán y un talismán

21:45  

'La ambición es el camino del éxito, la tenacidad el vehículo para llegar'


Impagable el trabajo que realiza cada partido Marcos.

 

Los escoceses más conocidos para mí son Sean Connery, Braveheart y Jhonny Walker, éste último parece que es un buen amigo de otro escocés que vino a tostarse en la Costa Blanca y que en ratos libres juega a entrenador de futbol, Jhon Clarkson. El técnico-manager-utillero-portavoz-gerente-accionista-metepatas del Ontinyent la pasada semana enchufó el ventilador de la 'mierda', quien sabe si aconsejado por algún mediador del 'poker' de equipos valencianos que optan al play-off de ascenso. El hombre que habla peor español que Jose Maria Aznar inglés, quiso dar a entender que el Nàstic acudió al 'rastrillo' futbolístico para comprar un jugador de su equipo (¿Messi?, ¿Cristiano?, ¿Soldado?) para dentro de cuatro jornadas, pues bien como no se haga entender con su plantilla van a caer en el infierno del descenso. Ojeando el mapa del tiempo nadie podía imaginar que en una tarde primaveral un Huracán arrasaria el Collao y dejaría al Alcoyano con las vergüenzas al aire. Lo que sí sabíamos en Tarragona era que la afición grana (3.888 espectadores) volvería a ser el Talismán para aupar al Nàstic para lograr su octava victoria consecutiva.

 

El equipo de Salamero ha jugado tres partidos (intensos) en ocho dias, el Sant Andreu dos, también exigentes, en cuatro días, así puede explicarse que en el segundo tiempo el Nàstic gestionara el resultado con mente fría, no dejando que el corazón caliente le pudiera jugar una mala pasada. El partido duró 102 minutos por que el árbitro, valenciano, se lió con las amarillas en la primera parte expulsando y 'desexpulsando' a Xavi Jiménez y luego el excelente portero Morales (36 años) quedara grogi en un encontronazo con Viale y tuvieran que atenderle. Y tocó sufrir como cuando ves un rifrafe entre Lydia Lozano y Belén Esteban en el 'De Luxe'.

 

El Nàstic fue superior, aunqué de penalti tuvo que desequilibrar el electrónico, en una parimera parte jugada con un enorme sentido del futbol moderno: toque en el centro del campo, aperturas a las bandas y pisando el área con peligro. Atrás muy pocos problemas, delante llegadas pero faltando un ápice de precisión. El descanso sirvió para que el Sant Andreu saliera más ceñido en la zona ancha, recuperara más balones y traspasara el nreviosismo y las indecisiones a los locales. Este Nàstic dispone de oficio, de recursos y de absoluta confianza, es un equipo 'sin techo'. 

 

Marcos, Perera, Marc, Javi y hasta el 'Bisho' tuvieron sus ocasiones para inyectar una dosis de tranquilidad en la grada que hacía mucha falta.  Una reflexión, ¿por qué en ocasiones no se chuta en lugar de querer rizar la jugada hasta la exasperación?, y otra de propina ¿por qué no hay más centros desde la linea de fondo? .  El equipo ya ha enganchado a la afición y durante fases del encuentro encandiló con un juego fluido y coherente.

 

Rubén,`-como tantos españoles, sin trabajo; Benito, profundo como un bisturí de Hospital Publico; Xisco, imperial; Viale, impecable, sin fallos como un buen estudiante; Arnau, aturullado, empecinado en burlar a dos rivales a la vez; Marc, pensante, ejecutante y visionario; Bezares, ladrón (de balones), su presencia impone al rival; Javi, descarado y provocador (de penalty); Aaron, atrancado, se le cala el motor de aceleración; Perera, desafortunado, los astros le abandonaron; Marcos, fajador, peleón, insistente; Fran, acelerado; Perico, temporizador, y Haro, letal. En el planteamiento, Salamero, astuto.

 

Si el sábado el Llagostera el Nàstic gana dormirá en zona de play off cuando el 24 de febrero se estaba a 18 puntos de la promoción, ¡Chapeau a Salamero y sus muchachos'¡.