lunes, 27 de mayo de 2024

 


El viejo Alfonso Murube (1933), de aquella temporada ha crecido por la zona de los goles

Les voy a contar mi experiencia en el único viaje que realicé a la ciudad de Ceuta en 1978 para cubrir el partido de Segunda B en aquel año en que el Nàstic ascendió y el Ceuta asumió la segunda plaza, en igualada disputa hasta la última jornada.  El viaje fue una odisea equiparable a Willey Fox o Indiana Jones. Les pongo en antecedentes.

El 10 de diciembre me licencié del servicio militar en Vitoria después de quince meses de mili y haber trabajado en la emisora La Voz de Álava. Me tocaba incorporarme a la Emisora de Radio Tarragona (se estaba aun gestionando la creación de Radiocadena Española que no se haría oficial hasta el 15 de enero). Incluso a nivel personal ya habíamos fijado la fecha para la boda el 10 de mayo del año siguiente.

Después del partido en el Nou Estadi ante el Calvo Sotelo, el lunes 18 de diciembre me llamó el aun director de la emisora, Josep Maria Tarrasa para decirme que el partido siguiente en Ceuta, que se disputaba el 30 de diciembre, estaba patrocinado y se había que retransmitir. Yo acepté.  Recuerdo que lo producía Pastor Publicidad y los anunciantes eran: Licores BOLS, AUTOLICA, Caja Tarragona, PRYCA y Restaurante Náutico.

El problema vino cuando no pude incorporarme  a la expedición grana porque tenían todas las plazas cubiertas. Mi futuro cuñado Pedro Francisco Peralta cubría el partido para el Diario Español pero viajaba desde Madrid. Y aquí comenzó la aventura, porque yo quería regresar a Tarragona para la noche de fin de año.

Fui a Viajes Meliá, en el número 3 de la Rambla Nova y me diseñaron el tortuoso viaje. A las diez de la mañana del día 29, mi futura esposa, Cheles, me dejó en el aeropuerto del Prat. Avión hasta Sevilla (una hora y media de viaje); ferrocarril desde la capital hispalense hasta Cádiz (casi dos horas), allí tomar un autobús con destino Algeciras (unos sesenta minutos) y finalmente subir al ferry hasta Ceuta con una duración de casi dos horas. Cerca de nueve horas de viaje de aquella época.

A las ocho de la noche tomar un taxi en la capital ceutí que me dejó en el Hotel Meliá, bastante alejado del Alfonso Murube, la expedición del Nàstic pernoctó justo al lado del campo de futbol. Retransmisión del gran partido de futbol con muchas ocasiones pero que concluyó sin goles. Estos fueron los onces, AD Ceuta: Cervantes, Angelín, Maravert, Almagro, Gil, Rojas, Juanma, Conejo, Aramburu, Cherino y Serrano. Los granas formaron con Amigó, Otazu, Juanete, Romero, Sarabia, Filgueira, Palanca, Cunillera, Martínez, Bañeras y Emilio.  Arbitró el andaluz Agustín Chacón Sánchez; por cierto el Nàstic salió aplaudido del terreno de juego por el millar de espectadores asistentes.

La vuelta otra odisea. El partido acabó a las seis, tomar el ferry; a las ocho tren de Algeciras a Sevilla, cerca de cuatro horas de insufrible viaje. Al día siguiente taxi hasta el aeropuerto, a las doce y media aterrizábamos en El Prat y a las dos ya estaba comiendo en mi casa. Afortunadamente cuarenta y seis años después las comunicaciones han cambiado. ¡Suerte a quienes viajen el próximo domingo.

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3 comentarios

Boníssim, i vam acabar pujant. Jo vaig escoltar el partit al meu Seat 600. Era fan de Filgueira. Quins temps. Felicitats com sempre Enric, em fa llastima que acabis el blog. Reenganxat una temporada mes amb opció a renovar, fins que el cor aguanti.

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A mi també em sap greu que deixis el blog Enric ets història viva del Nàstic ets el tarragoní que més en sap del nostre club , m',n recordo quan aparcaves la furgoneta davant de tribuna de RNE i jo estava amb el meu pare que era un d'aquells cobradors que anava per les cases a cobrar els carnets i entrava a tribuna i veia aquells partits de de 2 b i tercera

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Hombre! , según como se mire, esos viajes en 1978 eran un privilegio al alcance de pocos. Cansado obviamente, sí, pero eso era ver mundo. Manuel sosa.

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