domingo, 3 de marzo de 2013

'Si no te quieren como tuquieres que te quieran, ¿qué importa que te quieran?  (Amado Nervo)

Ensaimada mallorquina. | Foto: Pep Vicens
Riquísima ensaimada mallorquina.

Creo que será más facil que Falete gane el concurso de Saltos de Trampolín en Tele 5, que Urdangarín entre en la trena o que Ana Mato dimita de ministro de Sanidad que el Nàstic logre meterse en el play-off. La distancia es tanta como cuando Vetel a falta de un cuarto de carrera le saca una vuelta a Fernando Alonso.

La Semana de la ensaimada' (tres partidos contra equipos de les Illes en siete dias) comenzó bien.  Se ganó a un rival que puso las cosas complicadas al sacar la defensa hasta el medio campo propio dejando poca maniobralidad a los granates. El Nàstic cogió la manija del partido desde el pitido inicial del recien ascendido Fernando Castillejo, pero le faltó espacio, los delanteros caían en el precipicio del fuera de juego y las jugadas desde atrás se cocinaban a fuego lento. Era un futbol con más amargura que ilusión (malditos puntos perdidos en la primera vuelta) porque el objetivo del 'tornarem' se habia difuminado como la escarcha con la salida del sol.

El 'nuevo' Nàstic ha ganado en paciencia, en elaboración, en perseverancia, la puesta a punto ha sido buena pero muy larga, el equipo pasó casi una vuelta entera en el taller y ahora la caza del grupo de escapados se nos antoja imposible con la meta al doblar de las trece últimas curvas (jornadas). Frente a los yougurines mallorquinistas el equipo no sufrió (el único gol vino en una acción que no supo cortar Eugeni y Marc definió con astucia),  el filial del 'Nano' Soler quiso entrar por las bandas pero Benito y Arnau bajaron la barrera y los delanteros isleños pagaron el peaje de buscar la penetración por el centro donde Viale y Fran pusieron el cerrojo.

En la Segunda B el secreto está en dominar el centro del campo, y los granas lo conquistaron desde el inicio de manera insultante hasta que tuvo que dejar el campo Bezares, a partir de ahí con Eugeni se dispuso de una mejor creatividad pero se adoleció de fuerza y pocas recuperaciones, siendo los únicos minutos en que pareció existir el cuadro visitante. Marc Martínez cumplió a la hora de circular el balón, apoyado en las bandas por Javi -el mejor del partido, y Aarón que sigue huérfano de confianza. Perera se desfondó en ayudas y desmarques y Marc Jiménez, bigoleador, estuvo gris hasta que acertó con la primera diana.

En los cambios Eugeni aporto calidad, visión y criterio, pero le faltó más capacidad de sacrificio en tareas defensivas; de Lerma no se adaptó al ritmo del partido y David Haro puso rapidez pero poco más.  Y a partir de ahora toca sumar, sumar y sumar, y esperar que otros resten para así dividir los objetivos y multiplicar las posibilidades.

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