sábado, 20 de febrero de 2016

Instante de la dura entrada de Mari que le costó la expulsión.

      Vaya de antemano que la temporada del Nàstic en la Liga Adelante es de 'traca i mocador' como decimos por estos lares; puedo dar fe que si al inicio de la competición nos llegan a decir que en la vigésimo sexta jornada estaríamos en puestos de play off le diríamos a nuestro interlocutor, qué se había fumado. Este introito es totalmente necesario para no sacar el análisis del partido del Ono Estadi de contexto.

     El partido para los tarraconenses fue como una aproximación a La Divina Comedia de Dante, en el primer tiempo se recreó el viaje por los cielos y en la segunda el recorrido por el laberinto oscuro de los infiernos (de ahí el adjetivo, dantesco aplicado a situaciones que causan dolor o tormento).  O si quieren un símil más gastronómico en la primera parte el Nàstic fue la exquisita ensaimada rellena de cabello de ángel y el Mallorca la empanada (de origen gallego pero aquí tomada por la acepción que define confusión o desconcierto) y en la reanudación se invirtieron las tornas.

      En el primer período de principio a fin el Nàstic fue implacablemente superior a su oponente, mandó, amedrentó, se anticipó al conjunto balear bloqueado por el aliento del descenso en su nuca. La generación de fútbol y la confianza en los balones divididos agigantó a Tejera y Aburjania, y en las bandas como dos calzadas de circuito de Fórmula 1 servía para que Jean-Luc y Xisco y Naranjo y Mossa fueran Ferraris imparables. Atrás tocaban el balón con reincidencia ante la incapacidad ofensiva rojilla. Y eso que Achille Emaná volvió a estar impreciso y poco activo. Dos goles de Mossa (tremendo) y de Naranjo (oportuno) hacía parecer que los tres puntos embarcarían hacia Tarragona.

       Pero en el segundo tiempo se produjeron cuatro factores determinantes: el Nàstic se relajó en exceso, Fernando Vázquez acertó en los cambios buscando una desiderata suicida, mientras que Vicente Moreno no le salió bien el cambio de dibujo y además el colegiado se excedió en el castigo a los visitantes (el primer penalti de Xisco me pareció excesivo). Y a pesar de que Iago tuvo el tercero, los minutos finales volvieron a resultar una angustia continuada. 

       Con la permanencia prácticamente asegurada y con el ilusionante objetivo de la promoción de ascenso a Primera el Nàstic ha de volver al pragmatismo, a jugar a lo práctico y sobre todo no bajar el pistón de la intensidad. 

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

REINA (7): Paró un penalti y atajó dos balones complicados. Erró en una salida.
XISCO (6): Puso orden en su zona, subió bien pero pudo ahorrarse el penalti.
MOSSA (7): Infatigable y un gran gol, pero dejó al final muy suelto a Lago.
MARI (6): Mejorado, con mando atrás, pocas fisuras. Midió mal en la expulsión.
IAGO (6): Discreto en defensa, malogró una ocasión al dudar. Asistió en el gol de Naranjo.
ABURJANIA (7): Ya se hace imprescindible en la zona ancha. Un gran futuro.
TEJERA (8): El mejor, leyó bien el partido con el handicap de otra tarjeta.
JEAN-LUC (6): Gran trabajo de desgaste, lo intentó y desbordó. Segunda parte floja.
NARANJO (7): Va a más. Otro gol. Ayudó en defensa y creó peligro.
EMANÁ (5): No estuvo, intentó cosas que no le salieron. Algo lento.
ANIBAL (4): Poco participativo encima propició un penalti.
MANDINDA (4): No encontró su sitio, perdió muchos balones.
MARCOS  (6): Activo en los pocos minutos que jugó.
MOLINA (6): Añorado, se multiplicó en defensa el tiempo que estuvo en el césped.
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