domingo, 3 de abril de 2016

 
Miguel Palanca se estrenó como goleador en Liga, había marcado dos en Copa.

     Eso es la épica, que te marquen cuatro veces y tu respondas con otros tantos goles. Esos son los partidos que entran en la leyenda de los clubes y se guardan en los incunables de su historia. Esos son los partidos que equiparan el fútbol con el arte y que se podría incluir entre las diez maravillas del mundo aunque sea de manera intangible. Esos son los partidos en que se puede multiplicar por cien la afición por el deporte del balón, que por sí mismos fabrican el proselitismo necesario para convertir a incrédulos en los más persistentes devotos del balompié. El Nàstic a la hora del aperitivo bordó un partido con letras de oro y plata que permanecerá tatuado en la mente de sus seguidores eternamente.

    Marcar cuatro goles en casa y no ganar parece un pecado mortal, pero si nos atenemos al espectáculo presenciado sobre el césped podemos convenir que rezuma victoria porque se ha remontado gol a gol. El Córdoba fabricando menos ocasiones, generando un fútbol  a borbotones ha tenido idéntica recompensa que los granates con más bagaje de posesión de balón y jugadas más trenzadas. Cierto que para que se produzcan ocho goles ambas defensas tuvieron que abrirse tanto como las aguas del mar Rojo al paso de los israelitas.

    El Nàstic optó de salida por la movilidad, el fútbol rápido y la llegada fácil, tenía el control pero un innecesario penalti alteró el guión. El equipo encajó el golpe como veterano boxeador y se limitó a seguir golpeando por las bandas y no tardó en llegar el empate con el estreno de Anibal como goleador. Un inciso el Nàstic acaba de batir otro récord: es la temporada que más jugadores diferentes han marcado en Liga, 19.

   El Córdoba con el depredador rumano Florin Andone en celo volvió a tomar ventaja, pero el partido era martillo contra yunque y a la salida de un córner  Cristian Lobato embolsó un balón con enorme calidad y lo envió a la escuadra de un sorprendido Razak. No pasó ni un minuto en que un monumental despiste defensivo en comandita fue aprovechado por el ariete cordobés para tomar de nuevo delantera en el marcador. Un gol psicológico que podía hacer mucho daño.

   Tras el descanso el tono grana bajó algunos decibelios pero seguía escuchándose al solista Emaná que impartió un curso de como hacer que el fútbol se pueda convertir en arte. Y es que si el Barça tiene a Messi y el Madrid a Cristiano...el Nàstic tiene a Emaná. El marcador era tan injusto como que Rita Barberá siga aforada, pero la justicia del fútbol se mueve más rápido que la política y Miguel Palanca empató con un disparo de tiralíneas. Se oteaba el triunfo en el horizonte pero un poste primero y el gol después de Andone ponían las cosas muy complicadas. El luminoso mostraba un 3-4 y diez minutos para el final.

   Pero con Marcos en el campo (entró demasiado tarde) el Nàstic empujaba tanto que Anibal provocó ser empujado y el penalti Emaná lo tiró con exquisita y pasmosa tranquilidad. El marcador se cerró tal como se abrió, de pena máxima. Justo el resultado?, tal vez sí, por el grado de efectividad visitante, pero de durar cinco minutos más el partido igual el Córdoba se marchaba de vacío.

  El empate a cuatro es la cuarta vez que se repite. Septiembre de 1998, Nàstic-Gavá (4-4), septiembre de 2002, Nàstic-Alicante (4-4) y junio 2006, Nàstic-Recreativo (4-4).

1x1 Puntuación del 1 al 10

REINA (6): En el tercer gol pudo hacer más. Le tiraron poco, pero dentro de la red. Partido que no gusta a los porteros.
SUZUKI (7): Menos protagonista, pecó de blando en el cuarto gol. se prodigó poco en ataque. Atrás no se complicó. De la discreción hace virtud.
MARI (5): Superado por el ataque cordobés, impreciso en las entregas. Sigue generando dudas en algunas acciones de anticipación.
IAGO (5): Su excompañero Andone le amargó la mañana, llegó tarde a varios balones. No acaba de entenderse con Mari.
MOSSA (7): Se confió en la jugada del tercer gol, pero fue una referencia en ataque y participó en centros al área.
ABURJANIA (7): Demasiado acelerado, falló algunas entregas pero siguió fiel a su papel de ladrón de balones. 
MADINDA (8): Gran partido, repartió y oxigenó el juego, supo enlazar con sus compañeros y peleó todos los balones.
JEAN-LUC (7): Volvió a desperdiciar alguna ocasión, su velocidad fue clave en el desborde. Su penalti fue innecesario. 
LOBATO (8): Excelente en la media punta, combinó con criterio, se marchó en el uno contra uno y anotó un gol para recordar. 
EMANÁ (10): Espectáculo en estado puro. Desequilibrante, generoso, pillo y sobre todo enorme en el esfuerzo. Un fenómeno.
ANIBAL (7): Participó en dos goles, el primero marcándolo y en el cuarto provocando el penalti. Esperemos que recobre confianza, pero sigue perdiendo muchos balones.
MUÑIZ (6):  Le costó entrar en el partido, muy diluido por el centro. le faltó coger protagonismo.
PALANCA (8): En los minutos que estuvo salvó un balón en defensa, provocó dos amarilla y logró un enorme gol, no se puede pedir más.
MARCOS (6): Impone respeto a los defensas, su presencia se notó, pienso que debió entrar antes.
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