El lobo y la manada

20:50  

Mikel Mesa luchando por un balón que controla el reusense Ramon Folch  

  Cuentan que la fuerza del lobo está en la manada y la fuerza de la manada está en el lobo. Este aforismo le viene como anillo al dedo al Nàstic. El sentido de la colectividad con que Rodri ha impregnado al equipo resulta fundamental para obtener beneficios, después las individualidades se encargaran de corroborarlo. La manada como hiciera frente al Granada, Barça B y Valladolid se debe  responsabilizar de cansar al rival, acorralarle para que el lobo ataque y se cobre la pieza. 

     Frente a un Oviedo más físico que técnico y con poco juego creativo (es el sello de Anquela) durante cuarenta y cinco minutos el Nàstic actuó como manada y Manu como lobo. Fue un partido muy suturado, atropellado por instantes y con bastantes imperfecciones. Los locales retenían el balón en su territorio con una defensa fisurada y un centro del campo minimizado porque Tejera estaba diluido y Gaztañaga tuvo su tarde aciaga en las entregas. A pesar de las referidas carencias existió solidaridad y esfuerzo sin desdeño.

   En la segunda parte la manada vistió de azul y el Nàstic se conformó con ejercer de lobo estepario en las apariciones de Uche y Manu Barreiro. Los granates olvidaron el GPS en el vestuario y se perdieron por la zona ancha cayendo en las celadas visitantes. Mesa quedó en zona azul durante muchos minutos y Javi y Abraham se molestaron más que no se ayudaron. El miedo se apoderó del alma de los futbolistas de Rodri mientras que el Oviedo porfió hasta el último instante en que tuvo recompensa con un penalti inexistente que además Aarón tiró mal (golpeó en el césped) y despistó a Dimitri.

    Párrafo a parte merece la actuación del colegiado madrileño Valentín Pizarro que conquistó la ira de la grada; pitó a destiempo, rectificó tres faltas y permitió el juego duro de los centrales asturianos; señaló tres penas máximas eludibles y en cambio negó la más clara, agarrón de la camiseta a Uche que se la dieron dos tallas más. 

   El equipo no puede experimentar tanto descontrol, tanto desajuste y tan poca imaginación como demostró en el segundo tiempo. Hay que recuperar la manada, el juego colectivo de ayudas y la desactivación de la línea de juego del rival. Frente al Oviedo no se mereció perder...pero tampoco ganar.

1x1  (Puntuación del 1 al 10)

DIMITREVSKI (7): No le acosaron en exceso, estuvo seguro y puso una mano providencial en la segunda parte.

SUZUKI  (3): Incapaz de pasar de medio campo. Inseguro en defensa, infantil en la jugada del penalti. La abruma el balón.

MOLINA (5): Acelerado en alguna jugada en otras prefirió no arriesgar. Sufrió en el marcaje a los atacantes.

PERONE (4): Otro penalti evitable. Lento en la salida del balón, se mostró inseguro en las entregas.

ABRAHAM (6): Bien en el primer tiempo asegurando las subidas; luego con la aparición de Javi se estorbaron y no desbordó.

GAZTAÑAGA (5): Por apurar perdió balones o realizó malos pases. En el primer tiempo abarcó mucho campo.

TEJERA (6): Le costó aparecer, estuvo activo pero poco efectivo. Debió ejercer mayor mando. Tras el descanso acusó la inactividad.

DELGADO (5): Desbordó en un par de ocasiones pero desperdició la jugada por error en los centros. Se esforzó en defensa.

MANU (7): Enorme el trabajo del gallego. Malogró una ocasión pero estuvo de referente los noventa minutos. Necesitaba el gol que anotó.

MESA (4): Por banda se diluye y aparece poco; se le necesita en el balcón del área. Tuvo escasa presencia en el partido.

UCHE (8): Provocó el penalti, le hicieron otro y mandó un balón que sacó astillas del poste. Necesario.

ZAHIBO (6): Hizo más sólido el centro del campo pero no tuvo tiempo de poder distribuir el juego aunque esa no sea su especialidad.

JAVI (5):  Una de fría y otra de caliente. El cambio no le salió como Rodri quería. Se atascó en la banda con Abraham.

ASSOUBRE (6): Debió salir antes para dar velocidad por la banda y forzar a Mossa que ya tenia tarjeta.

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