martes, 25 de febrero de 2020

Equipo temporada 1947/48. Babot, Soro, V. Martínez, Conesa, Catalá, Balmanya, Sánchez, Perdomo, Peralta, Juanete y Roig.

Aprovechando la visita del filial valencianista el próximo domingo al mediodía (cómo no) al Nou Estadi les voy a refrescar una vieja historia del Nàstic acontecida en su primera y lejana etapa en la Primera División. Hubo un tiempo en que no se permitía realizar cambios en los equipos, ni tan siquiera el del portero. A partir de la temporada 1949/50 se volvió a autorizar la sustitución del guardameta por lesión, hecho que ya se había producido a comienzos de los años treinta porque algunos equipos salían con la única intención de lesionar al portero ya que no tenía recambio natural. En la temporada 1969/70 ya se autorizó el cambio de dos futbolistas por partido.

La historia que les voy a contar se produjo el 7 de marzo de 1948, a falta de tres jornadas para concluir la Liga compuesta por catorce equipos, se enfrentaban en Mestalla el CF Valencia, segundo clasificado a un punto del líder el Barça, y el Nàstic con un decoroso sexto puesto que al final caería en manos del Athletic. 

A las 16 horas daba comienzo el partido dirigido por el aragonés Julián Arqué Martín, el Valencia alineó a Eizaguirre; Monzó, Juan Ramón, Álvaro; Igoa, Pomar, Rubio, Morera, Amadeo, Seguí y Asensi; por su parte el Nàstic salió con Soro; Perdomo, Corró, Cobo., Catalá, Conesa, Babot, Juanete, Roig, Peralta y Taltavull.

Mal comenzaron las cosas para los tarraconenses cuando a los tres minutos Babot cometía un claro penalti y Morera transformaba el 1-0.  Y peor se le pusieron cuando a los ocho minutos al guardameta Eduardo Soro (Montesa (Valencia) 1920/ Tarragona, 1976; 126 partidos con el Nàstic) se le rompió el dedo meñique al despejar a corner un balón que iba a su portería. El entrenador Pepe Nogués, al no existir los cambios, decidió que Soro pasara a ocupar la posición de extremo derecho y el titular de aquella, Camilo Roig (Sta. Cruz Tenerife, 1920/ Tarragona, 2008; 209 partidos con el Nàstic), fuera el cancerbero los más de ochenta minutos restantes.

Según refiere las crónicas de Marca y Mundo Deportivo el canario estuvo extraordinario evitando por lo menos tres goles, aunque nada pudo hacer en el minuto 30 ante una volea de Seguí que entró por la escuadra, ni nueve minutos después cuando Amadeo remató un centro desde la esquina, el Nàstic acortó distancias a los 85 minutos gracias a un penalti transformado por Babot.

La evolución del reglamento del futbol evitó estas situaciones un tanto rocambolescas y propuso paulatinamente cambios para evitar las desigualdades. 
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