CAPITULO VI (Pivote ofensivo)

22:33  

 

José Manuel Prieto el mejor medio creativo que pasó por el Nàstic.

El pivote ofensivo resulta una posición reciclada en la actualidad como un seis, mediocentro creativo o armador del juego. Hagamos un repaso de los TOP-TEN en esta demarcación, sumando los partidos de Liga.

		Avinguda Catalunya					Nou Estadi
Nº	Temp	Jugador	P		Nº	Temp	Jugador	P
1	50/53	Avelino Menéndez	86		1	73/77	J. Manuel Prieto	125
2	63/64	Peter Ilku	33		2	O3/08	Abel Buades	151
3	55/51	Tolo Roca	85		3	13/16	David Rocha	109
4	65/67	Josep Boada	72		4	82/86	Juan Vizcaíno	99
5	55/56	Antonio Valentí	49		5	O9/12	Fernando Morán	105
6	60/61	Joaquim Moya	30		6	74/75	Sebastián Viberti	29
7	67/68	Jose A. Latorre	29		7	89/9O	Ibon Barral	34
8	40/43	Joan Nuñez	70		8	1l/13	Eugeni Valderrama	29
9	43/47	Máximo Aylagas	26		9	97/98	Diego Camacho	25
10	44/46	Josep Ricart	36		10	1O/11	A. Bergantiños	24

En la Avinguda Catalunya el mas recordado fue el tarraconense Avelino Menéndez (único futbolista que llegó a jugar en Segunda División con los cuatro equipos de las capitales catalanas: Nàstic, Lleida, Girona y Sant Andreu), de juego reposado, sabía distribuir el juego y tenía gol; el internacional húngaro Peter Ilku, fue el puntal del equipo con dotes de mando y eso que debido a un accidente de coche llevaba un clavo insertado en la pierna.

El balear Tolo Roca tenía vocación atacante y era una garantía a balón parado; el tarraconense Josep Boada, a pesar de cierta lentitud, disponía de una privilegiada visión de la jugada; el barcelonés Antonio Valentí (el futbolista que disputó más partidos de Liga en una temporada) tenía temple, cadencia y un guante en su bota.

El ampostino Joaquim Moya, disponía de mucho carácter y un milimétrico desplazamiento de balón. El vasco José Antonio Latorre fue el pivote de mayor clase y concepción del juego en el viejo campo.  El barcelonés Joan Núñez, hacía jugar al equipo y además tenía gol. El soriano Máximo Aylagas fue un pivote que destacó por la regularidad. Y el barcelonés Ricart que alternaba el extremo con el medio centro.

En el Nou Estadi por encima de todos el asturiano Prieto (el maestro) el futbolista, digan lo que digan, de mayor talento que vistió la camiseta grana; un pasito por detrás el valenciano Abel Buades, con una personalidad bárbara y una superioridad enorme; el extremeño Rocha fue un gran distribuidor de juego con mucho cerebro. El poblense Juan Vizcaíno aquí ya apuntó maneras de jerarca del medio campo.

El madrileño Fernando Morán aportó creatividad, ingenio y sobre todo calidad. El argentino Viberti, sin demasiada fortuna, era un futbolista de una clarividencia innegable y un desplazamiento de balón perfecto. El donostiarra Ibón Barral era el eje del juego grana fue el faro en un equipo mediocre. El tarraconense Eugeni Valderrama dejó detalles, pinceladas de lo artista que era. Diego Camacho logró poner equilibrio al centro del campo. Y el gallego Alex Bergantiños dispuso de fuerza, combatividad y clase.

El próximo capítulo estará dedicado a los extremos diestros.

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