miércoles, 3 de agosto de 2016

Foto de Enric Pujol Cayuelas.









Un orgullo de poder ser un año más socio del Gimnàstic.

   Entramos en la recta final de la pretemporada. Quince días y comienza el espectáculo. Preocupa que a falta de dos semanas la nómina de socios del Nàstic supere levemente los 3.000, cuando la pasada temporada se cerró con 6.300. Antiguamente la masa social suponía entre un cincuenta o sesenta del sustento presupuestario de un club, hoy en la LFP no llega a un 15%. Pero la figura del socio sigue siendo capital para entender la evolución de un club.

     Si queremos un Nàstic vivo, participativo, con objetivos (que no quimeras), con sueños a corto plazo se ha de multiplicar la masa social. Bueno es hacerse socio,  mejor aun ser socio, pero por encima de todo hay que sentirse socio. Y por eso el llamamiento desde este blog, hay que mantener la tradición, hay que ir relevando el contingente social y transmitir a las nueva generaciones esa veneración, ese orgullo, ese sentimiento que supone colocarte un carnet al lado del corazón para escuchar sus latidos granas.

     En mi caso ya somos la quinta generación con ADN grana. Mi bisabuelo Estanislao Pujol se hizo socio en enero de 1894, coincidiendo con la primera ampliación; mi abuelo Enric Pujol Menescal, ingresó en el Gimnàstic en 1912 en la sección de Ciclismo y en 1915 lo hizo en la de fútbol; mi padre se inscribió de socio en 1942, cuando con dieciocho años jugaba de portero con el juvenil; a mí me hicieron socio en 1968, pero al darme de baja temporal por causa del servicio militar en 1978, perdí mi antigüedad; mis hijos Victor y Oskar continuaron la tradición y son socios, el segundo con antigüedad de 1986. Como mi caso existen muchos más: los Andreu, Vives, Vallverdú, Pons, Esporrín, Prats, Giner, Sala,...

    Por eso apelo al sentimiento (obviamente respetando cada situación económica) de aquellos socios que dudan de la continuidad, de otros que lo fueron y ahora les da pereza...Si cuando ves el escudo del Nàstic sientes un hormigueo en la piel, si cuando escuchas cualquiera de los himnos del Nàstic se te humedecen los ojos, si cada vez que escuchas el nombre de Nàstic te da un vuelco el corazón...no lo dudes, corre hazte socio porque la vida quiere darte una alegría. 
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1 comentarios :

Enric, yo podré renovar mi carné, pero me gustaría unir a mi hijo a esta pasion. Pero la verdad es que los precios para jovenes (que ni existen) son muy altos y no podré, de momento, pegarle esta pasión.

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