sábado, 24 de febrero de 2018

Fali volvió a la que fue su casa durante dos años.

Fernando Fernández Gómez dirigió e interpretó una película de conformistas que rozaban el fracaso; un grupo de actores en la posguerra recorrían las aldeas de la meseta castellana para ofrecer a los lugareños un repertorio de obras del teatro clásico. El Nàstic visitó el Mini mostrando conformismo y resignación. Un corto viaje hasta Barcelona pero que no conducía a ninguna parte.

Pareció un equipo cobarde muy agazapado que podía haber hecho más daño a los azulgranas pero que prefirió huir del riesgo y asentarse en la comodidad, en la tranquilidad de saber que sumar un punto no sería un mal bagaje. Cierto que otra vez en el fatídico minuto 22 otro jugador, esta vez Márquez, caería lesionado. Fue un combate frío de pocos golpes, de mucho juego de cintura y de excesivos amagos. Se armó poco fútbol hilvanado y se llegó poco a la portería de Ortolá.

Parecía que con una defensa bien escalonada y un centro del campo con las líneas juntas podía ser suficiente si a balón parado se lograba la proeza de anotar. Juego aburrido, pérdidas de balón y todo demasiado previsible. Los delanteros del filial pecaron de bisoñez excepto Aleñá que fue el mejor de los locales. El partido era frío, gélido como el ambiente en un Mini casi vacío a excepción del millar de gargantas granates.

A pesar de estos parámetros de hastío llegó el ajustado disparo del georgiano Kakabadze para poner en franquicia el marcador. Aquí se empezaba a construir el triunfo pero otra lesión, Fali, obligó a trastocar el sistema y a falta de diez minutos un error en el despeje de Arzo propició el empate. Quedaba poco y el Nàstic no tuvo el coraje de ir a por el partido, prefirió congelar los minutos ante un Barça B que tampoco parecía muy proclive a arriesgar para obtener la victoria.

Y acabó el partido con la sensación que los tarraconenses se dejaban dos puntos en Barcelona. Faltó convicción y creer en que se podía ganar. Fue, como decía, un viaje a ninguna parte en el que se encontró a faltar la brújula que guiara al equipo hasta la victoria.

1x1  (Puntuación del 1 al 10)

DIMITRIEVSKI  (7): No estuvo muy exigido pero cumplió con creces con dos buenas acciones. Nada que objetar en el gol.
KAKABADZE  (8): Atento en defensa, pudo escurrirse poco por la banda pero anotó un gran gol que valió un punto.
MOLINA (5): Cumplió en tareas de retaguardia, pero nunca pudo sacar el balón jugado. Al final sufrió para cerrar la defensa.
PLEGUEZUELO (6): Alerta en las llegadas de los delanteros quiso jugar el balón pero no siempre con fortuna.
JAVI (5): Con la espalda salvó un esférico que iba a puerta. No subió la banda lo que le demandaba el partido,
FALI (6): Correoso como siempre pero tomando algún riesgo excesivo. Se lesionó cuando más lo precisaba el equipo.
TEJERA (6): Fue más rompedor que creativo. Se cargó pronto con una tarjeta que le hizo estar mermado en su acometividad.
MÁRQUEZ (6): Muy participativo mientras estuvo en el campo. Le dio cierta profundidad al equipo.
TETE (5): No acaba de romper. Fabricó escasas ocasiones de gol y un partido más su actuación fue gris.
MUÑIZ (5): Gambeteos por la zona central, alguna jugada aislada pero muy poca aportación ofensiva.
MANU (6): Lo probó en un par de ocasiones pero la defensa lo desbarató. Se encontró demasiado solo arriba.
MAIKEL (6): Carburó en la segunda parte, administró el juego pero no tuvo ocasión de pisar el área.
OMAR (6): Un poco más dinámico, desbordó en un par de oportunidades y lanzó un buen disparo.
ARZO (4): Erró en el despeje que produjo el gol del empate, con su experiencia no se puede dar el regalo al rival.

NANO (5): Renunció al juego por las bandas y le faltó arriesgar más. Planteamiento excesivamente prudente.
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