miércoles, 20 de mayo de 2020

San Fernando: un error de la RFEF provoca la guasa del fútbol modesto
Aquí es donde se va a dirimir el futuro del futbol de Segunda B y Tercera División.

Luis Rubiales está haciendo bueno a Angel Villar, que ya tiene mérito. La RFEF anda a la deriva con la patata caliente de los ascensos a Segunda y Segunda B. Los play off exprés que se sacó de la manca el exdirigente de la AFE estan conllevando cantidad de problemas y los clubes le están torpedeando sus decisiones porque el gasto que les comportará a los equipos son inasumibles excepto para los cuatro que logren aterrizar en la liga de Segunda.

A la espera de que algun club lleve a los juzgados el dictamen de la Federación que podría paralizar los partidos de promoción e incluso el inicio de la próxima temporada, ya han sido varios los equipos de Tercera que han manifestado que no pueden asumir el gasto añadido de la celebración de los partidos en julio: un mes más de sueldo para las plantillas, la compra de los test para la detección del COVID-19, contratación de más personal para desinfección y cumplimento con las medidas para evitar contagios aprobadas por el Ministerio de Sanidad y jugadores no profesionales que no quieren poner en riesgo a sus familias.

Pero lo más irreal que hemos leído en estos días de confinamiento viene con la propuesta para  el inicio de la próxima temporada que tendrá que aprobar la Asamblea de la Federación; inicio de la competición a finales de octubre y cinco grupos (uno más) de Segunda B que se desdoblarán en diez subgrupos. Una atrocidad. Si esta surrealista decisión se llevara a cabo solamente ascenderían a la Segunda B-Pro, los cuatro primeros de cada subgrupo y lo deberían hacer con solo 18 partidos disputados y 54 puntos en juego. Tres tropiezos inesperados pero posibles y el club quedará hundido en la miseria en el pozo de la Tercera División aunque la maquillen como Segunda B.

Ojo al dato el Nàstic podría estar enclavado el próximo curso con Sabadell, Barça B, Espanyol B, Andorra, Olot, Cornellá, Lleida, Badalona y El Prat. La Federación se ha instalado en una irrealidad, en un mundo paralelo en el que los equipos están al servicio del ente federativo, ah¡ y esta mini-liga sin espectadores. A partir de ahora lo más correcto sería al presidente de la RFEF de futbol llamarle Luis Vivales.
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