martes, 1 de diciembre de 2020

 Pedro Martín en el duel disputat contra el Barça B al Nou Estadi.

Pedro Martín Moreno, una  raza de delantero es período de extinción. 

Existen dos posiciones en los equipos de futbol que siempre caminan sobre el alambre y que a veces precisan del diván del sicoanalista para afrontar sus crisis de identidad: el portero y el ariete. Los aficionados de sangre caliente suelen culpabilizar casi siempre a los guardametas de todos los goles recibidos, algunos piensan que pudieron hacer más; y a los arietes les achacan el error de los goles marrados, que si saltó poco, que si se posicionó mal para el remate; los primeros viven de no encajar; los segundos de materializar.

Recuerdo una anécdota vivida en el Nou Estadi en setiembre de 1972 con el equipo recién regresado a Segunda después de diecinueve largas temporadas, cuando servidor solamente era socio de preferente y aun estudiante de universidad, el Nàstic recibía a Osasuna, corría el minuto 85 con empate a cero en el marcador y el nerviosismo de la hinchada se palpaba en el ambiente, entonces Diego con su zurda de seda mandó un centro que sobrevoló el área y el delantero Ignasi Rojas levantó la pierna a la altura de su cabeza para mandar el balón al fondo de la red. El público enardecido aplaudió a rabiar, pero justo a mi lado un aficionado se levantó y gritó con todas sus fuerzas: 'Burro, con la cabeza tenías que haber rematado'. 

Y es que los futbolistas tienen sus filias y sus fobias entre los seguidores. Rojas fue un fino delantero que como tantos otros tuvo sus detractores y sus defensores; pero es que la labor de los arietes obligados a marcar representan un papel muy complicado, su único sustento es el gol y el perdón de la grada suele ser muy restrictivo

A lo largo de la historia han vestido la camiseta del Nàstic grandes delanteros (los típicos arietes) como Francisco Peralta (51 goles en 52 partidos), Valero Serer (máximo goleador de la historia con 181 goles), Pablo Gallastegui (con 35 recordados goles), Santi Castillejo (42 goles con el Nàstic y 250 en Segunda B) o Diego Torres (y sus 43 goles); ahora la saga de centro delanteros continúa con la aparición de Pedro Martín.

El malagueño a sus 28 años ya ha participado en  280 partidos (Segunda y Segunda B) anotando 65 goles. En agosto de la anterior temporada Sergi Parés se empeño en traerlo al Nàstic aún a costa de pagarle 120.000 de traspaso al Lleida. Pedro es un `9' de la vieja escuela (tiene un poco de Aduriz, un poco de Morata y un poco de Paco Alcacer). Un jugador que da un plus de calidad al equipo.

Martín es un delantero centro de diez porque domina todas las facetas y mecanismos del juego: con su metro noventa sabe proteger el balón, es hábil en el regate del que casi siempre suele salir airoso, es generoso con la asistencia al compañero, virtuoso en el remate de cabeza, certero en el disparo con su pierna derecha, rápido en las contras y con un comprobado olfato de gol. Tal vez cuando cae en la banda quede más condicionado al alejarse de su zona natural para cazar balones y se le nota más frustrado y pierde un poco su instinto de depredador del área..

El matrimonio entre Martín y el Nàstic parece sólido y no de conveniencia; ha sido un amor a primera vista que de no mediar imponderables seguirá en una categoría superior.  Es un lujo disponer de un futbolista como Pedro, sepamos disfrutar de su futbol.

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2 comentarios

Enric,un 10 amb Martin,tot lo dit perfecte,has dit lo millor del Nastic amb el 9 l'espatlla,que no el deixin escapar,el mercat d'hivern,o l final de temporada

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Per mi també es un gran davanter. Encara que Oliva també m'agrada molt. Veient els seus gols de l'any passat on defineix amb gran classe de formes ben diferents t'adones que tenim davanters de gran qualitat. Càrbia (perillós sempre) té característiques diferents a aquest dos i Habrán també de manera que les variants en atac són diverses. Bona feina de Parés

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