miércoles, 17 de abril de 2024

 

En estas gradas me formé y me gradué; aquí nacería mi pasión inquebrantable por el Nàstic.

Hace mucho tiempo que quería compartir esta entrada. Explicar, en primera persona, lo difícil que resulta en ocasiones sentir pasión, devoción y amor hacia el Nàstic y a la vez tener que informar, diseccionar el partido, ser crítico con lo visto por tu condición de periodista. En este caso la ecuanimidad, muchas veces, no se comprende y el entorno nastiquer piensa que has desertado, que ya no eres de los suyos que has renunciado a tus principios.

Mi pasión por el Gimnàstic arranca en 1962 cuando con ocho años, de la mano de mi padre que llegaría a ser el socio número uno del club, comencé a ir cada quince días a la grada de preferente a disfrutar, a enamorarme del conjunto tarraconense gracias a un grupo de superhéroes que jugaban en la Avinguda Catalunya. Mi niñez rotaba al entorno del universo granate.

Ahora que se ha cumplido medio siglo de mi relación periodística con el Nàstic puedo asegurar que siempre he procurado actuar como un juez, transmitiendo objetividad y analizando con imparcialidad cada partido. La pasión la he guardado en el trastero de mi memoria y he procurado ver las jugadas dudosas bajo el prisma de la coherencia, el sosiego y la reflexión. Y les puedo asegurar que en la mayoría de temporadas del Gimnàstic los errores arbitrales al final del curso han guardado equidistancia, lo comido por los servido.

Me consta que los aficionados granates, bastantes, creen ver, intuir un contubernio manejado desde 'arriba' en contra de sus intereses, que en cada partido nos roban y no pueden apreciar que también con algunas decisiones nos benefician. Este blog está próximo ya a su jubilación y por eso quería reivindicar mi fidelidad por el Nàstic (no por sus dirigentes actuales que solamente velan por sus intereses) y decir que a mi también me cuesta vivir bajo la dictadura del cerebro y no por los arrebatos del corazón.

Muchos se rasgarán las vestiduras si les digo que en esta temporada los árbitros nos han dado más que nos han quitado (podríamos desmenuzarlo jornada a jornada). Miren como ejemplo tomemos el partido Barça-PSG de cuartos de final de la Champions, la expulsión de Araujo, para un culè será injusta y para un parisino correcta, al periodista le corresponde la tarea de  analizarla y valorarla: la falta, por el contacto existe, se puede pitar y si se pita comporta la tarjeta roja y la expulsión.

Pues ya está, tenía ganas de escribir y suscribir lo escrito. Cuando dentro de unos meses retorne a la línea de infantería nastiquera quizás vuelva a actuar mas con el corazón y jubile al cerebro escrutador. 

_____________________________________________________________




3 comentarios

¿Periodista o historiador? Subjetividad o objetividad? Te gusta moverte en aguas turbias siempre y, sobretodo, el interés personal que tanto mencionas “ahora”

Reply

El oficio de periodista y nastiquer tiene que ser muy difícil separarlo. Desconozco que problemas ha tenido Enric con la actual SAD , (deben ser importantes), y quien tiene la razón, cada uno tiene sus argumentos, però su sentimiento de amor al club creo que no deberia estar en duda en ningun momento.

Reply

No el conec personalment però fa temps que llegeixo el seu bloc i del que no dubto és que és un nastiquer de cor. Ser objectiu i critic amb l'equip quan és necessari és una forma d'estimar-lo. A seguir així

Reply