domingo, 7 de septiembre de 2014



Llevo bastantes años metido en la crítica deportiva, siempre he solido respetar las actuaciones arbitrales (lo de Llagostera fue una maldita excepción), pero tal como ha comenzado la temporada no me resisto a romper con mi filosofía. Mal vamos si los colegiados se decantan por favorecer a los equipos que se resisten a jugar al fútbol y penalizan a los conjuntos que apuestan por el espectáculo. El árbitro vasco Ibai Rezola actuó como un astuto 'ladrón de guante blanco' y sin aspavientos le robó la cartera al Nàstic (se comió un penalti de libro en el área del Badalona y se cobró un NO-penalti en el área local. Tampoco sancionó los agarrones y empujones que se producían en cada corner que sacaba el Nàstic. El colegiado limó las ambiciones granates  al descontarle dos puntos con una sanción injusta y lo que es peor cercenó las ilusiones de una afición que comienza a estar harta de que además de lo que nos quita el gobierno llegue un joven árbitro y nos aplique una extorsión sobre el césped.

Cierto que si los de Vicente Moreno hubiesen aumentado la ventaja el penalti sería anecdótico, cierto que el equipo sigue con la vista nublada ante la portería, cierto que el esfuerzo del miércoles pasó factura y cierto también que las dos lesiones obligaron a realizar cambios que no aparecían en el guión previo. Excesiva penitencia para un conjunto que viene de sufrir un Calvario en un play-off injustamente perdido.

El Nàstic jugo veinte minutos primorosos, aperturas por las bandas, circulación de balón y posesión absoluta del esférico, a partir del gol el equipo cedió terreno al Badalona que fue incapaz de generar peligro. En el segundo tiempo volvió el monólogo grana solamente roto por los parones del partido por parte visitante con faltas (así cayó lesionado Jean-Luc en jugada que ni fue merecedora de tarjeta), pero en el tramo final al equipo le faltó oxígeno y los escapulados sin un solo disparo a portería lograrían provocar la pena máxima, por cierto Abraham, su goleador, es un jugador histriónico que cuando le marca a Nàstic se vuelve loco y se encara al público como ya hiciera en su campo la pasada temporada. Se lo tendría que hacer mirar.

A la propuesta futbolística del Nàstic, que sigue gustándome, solamente le falta un poco más de chispa y un ápice más de inspiración en los metros finales. Que nadie se desmoralice, ésto no ha hechc más que empezar, y un dato significativo ayer fueron 3.450 espectadores, y en Montilivi, el Girona lider de la Liga Adelante sólo contó con 2.600 espectadores. Próxima estación en Liga, Son Malferit, nuevo feudo del At. Balears.

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

REINA (6): Otro partido sin trabajo, pero estuvo atento y jugó bien con los pies.
GERARD (8): Asistió en el gol, un torbellino en ataque y muy serio en defensa.
MOSSA (6): Cumplió atrás y se prodigó en avances por su banda.
XISCO (6): Cortó con temple y se atrevió con algunos cambios de juego. 
MARI (7): Enorme en la retaguardia con sentido de la anticipación.
ROCHA (6): Mejoró en la generación de fútbol, en su cabeza tuvo el 2-0.
CRISTOBAL (7):  Eléctrico, recuperó y repartió juego. Pudo ensayar el disparo.
LAGO (4): Flojo, no desbordó y perdió balones que normalmente no pierde.
AZKORRA (6): Jugó al primer toque y buscó las penetraciones, en momentos algo frío.
RAYCO (7): Por fin marcó un gol de oportunista, Muy rápido sabe ver el fútbol.
GINER (7): Reactivado, probó el chut a puerta y cerró bien por su banda.
JEAN-LUC (-): Una dura entrada lo mandó al vestuario cuando llevaba cinco minutos.
MARC M. (7): Dio personalidad al equipo, desatascó el centro del campo.
MOLINA (5): Entró para cerrar el partido, estuvo participativo.
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