martes, 4 de noviembre de 2014


Vicente Moreno celebrando con el Xerez el gol que lo ascendía a Primera.

         Hay entrenadores que permanecen en el recuerdo de los aficionados por sus frases, otros por sus actos. En la última entrada en el blog recordaba la famosa frase de Vujadin Boskov de Fútbol es Fútbol, pero existen otras perlas que han quedado impresas en la memoria de los buenos futboleros. Guardiola -con aire de Martí i Pol decía aquello de 'levantarse temprano...' y su amigo Lillo (mejor ante un micrñofono que en un banquillo) definía al fútbol como 'un consolador social'.  También ha quedado para la posteridad la reflexión muy galesa de Jhon Benjamin Toshack, 'los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a siete u ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos y el sábado ya pienso que han de jugar los once cabrones'. Pero la frase que resume toda la maravillosa filosofía del fútbol la pronunció el entrenador del Liverpool Bill Shankly, 'algunos creen que el fútbol es cuestión de vida o  muerte, pero es mucho más que eso'.

       Pero existe otro grupo de entrenadores más normales, que viven en lo terrenal y que obvian los grandes titulares, que no editan frases ingeniosas ni se meten con el rival, pero que vencen con su equipo y convencen a su parroquia; conviven con la discreción y se alimentan de un ideario futbolístico permeable, que sienten y sufren con su plantilla, como Vicente Del Bosque o como otro Vicente, Moreno  Peris. El técnico de Massanassa, una población valenciana de 9.000 habitantes cerca de Catarroja,  acaba de cumplir 40 años, y el último lo ha vivido  en Tarragona, en el banquillo del Nàstic que resulta tan caliente como la arena del desierto de Arizona. 

      Moreno es un entrenador pragmático pero con un acento empírico que le ha dado sus 542 partidos como jugador, un medio centro de corte defensivo pero con vocación de estilista, repartidos entre la Segunda y la Segunda B, vistiendo las elásticas del valencia B, Ontinyent, Guadix y Xerez. Parece un hombre tranquilo, incluso flemático, que transmite desde la banda la paz y la serenidad que el equipo demanda.

      Un año al lado de su inseparable amigo y compañero Emilio Viqueira (jugador que fuera de una exquisita clase y técnica depurada) ha servido para comprobar que por encima de la amistad existía una enorme profesionalidad y un sentido de la responsabilidad. Moreno apostó por un fútbol de toque, basculante, donde las bandas (viene del País Valenciá) son fundamentales para armonizar el concierto del juego de ataque, propuso un concepto moderno, supo devolver la ilusión a unos aficionados aletargados por unas campañas llenas de incertidumbres y zozobras. Vicente ha logrado que un equipo de Segunda B juegue como si fuera un equipo de la Liga Adelante (a pesar de que a veces pueda llegar a ser contrapoducente). El Nàstic sabe a lo que juega y es consciente de lo que se le exige. Les aseguro que resulta muy difícil que un entrenador inspire confianza...

        El bagaje de Vicente Moreno con el Nàstic es impresionante, sus números no tienen parangón con cualquier predecesor en el banquillo grana. Ha dirigido 42 partidos, 24 victorias, 13 empates y 5 derrotas (Hospitalet, Ontinyent, Llagostera, Sant Andreu y Lleida), el equipo ha logrado 57 goles y encajó 30.  Feliz Aniversario, Vicente¡ Cuarenta años de vida y un año en la bendita Tarraco Imperial¡
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