sábado, 11 de julio de 2015

Bezares y Cuellar, dos ejemplos de futbolistas con valores.

   Visto el trato dado por el Real Madrid al mejor portero de la historia del fútbol español y comparándolo con el adiós que el Barça le dio a Xavi Hernández, uno queda estupefacto no, lo siguiente; hoy quiero reflexionar sobre la supremacía de los valores ante las tentaciones económicas y las dentelladas de ciertos periodistas mediáticos que son utilizados por los clubes, dejando la honestidad y la deontología  de la profesión para setiembre. 

    Iker Casillas antepuso los valores morales (fidelidad al único club de su vida) a la tormenta diaria que le llegaba desde el Chiringuito instigada por Josep Pedrerol quién a su vez acataba las directrices de Florentino Pérez (caña a Casillas a cambio de exclusivas para el programa). Los valores en el fútbol actual son importantes porque se impone la figura del mercenario (no es un término del todo peyorativo) y del jugador cuyo matrimonio con el club incluye de inicio ya, la fecha del divorcio.

   En el entorno del Nàstic han pasado no hace mucho tiempo futbolistas con la escala de valores concebida de manera diáfana; el club primero, yo después. Es gratificante observar como grandes futbolistas en el ocaso de su carrera siguen ofreciendo ilusión, trabajo y cariño, no por un afán de lucro (difícil en ciertas categorías) sino porque el fútbol corre por sus venas y necesitan donarlo y a su vez ejercen como catedráticos del balompié para quienes empiezan en este deporte.

   Voy a analizar varios casos. David Cuellar a sus 35 años y con 100 partidos en Primera supo dejar su magisterio de futbolista en el Morell, Vilafranca y ahora en la localidad donde reside, Vila-seca. El navarro es un caso de honestidad, fe en los valores del fútbol y respeto por una profesión que a veces, algunos, la denigran. Cuellar disfruta jugando y ese estado se trasmite a los demás.

   Juan José 'Bisho' Bezares, el gaditano de 34 años, tan solo jugó 32 partidos con el Nàstic pero dejó honda huella. Un futbolista racial, entregado, ganador nato que con larga experiencia en Primera estuvo luego en equipos modestos como el Arroyo, Villanovense, Eldense y San Pedro y ahora prueba en el fútbol gibraltareño. El Bisho salta al campo cada día con la ilusión de un principiante, rezuma fútbol por cada poro de su cuerpo y sabe transmitirlo sobre el césped y en las redes sociales.

   Manolo Martínez Lara,  a sus 35 años y después de una gravísima lesión, volvió al Nàstic para ofrecer su mejor versión del futbolista maduro  (y duro), sereno y experimentado. Él antepuso los valores a la especulación y quiso ser fiel al equipo que le hizo futbolista. Manolo es ejemplo para quienes comienzan.

   Xisco Campos, el capi con 33 años cerrará su etapa profesional con el Nàstic, lo fácil cuando el equipo descendió era hacer el petate y buscar nuevos horizontes en la Liga Adelante, pero sus valores personales estuvieron por encima y se embarcó en la aventura del regreso del equipo grana que duró dos años más de lo previsto.

   Hay muchos otros, seguro, como Tomeu Nadal que puso sus valores de futbolista como lenitivo para curar la herida de la rabia, el rencor y la injusticia por haberle prohibido ejercer su profesión durante cinco meses, además en una denuncia que venía desde les Illes Balears. O Kiko Ramírez el técnico de la casa que se convirtió en el pararrayos de la frustración de unos aficionados que estaban hartos de Jorge el cantador de milongas, luego en el Hospitalet, Kiko demostró los valores que le avalan como técnico y persona. Y tantos, y tantos...sirva este escrito de sencillo reconocimiento a todos aquellos jugadores que se sienten futbolistas.
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PD.- En otro capítulo hablaremos de los jugadores que ningunean los valores y sus egos están por encima del grupo.

  

1 comentarios :

Cuéllar 100 partidos en primera? Creo que no, Enric ... 21 con el Bilbao y lis que jugara en Tarragona ... Ni 50.

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