domingo, 25 de octubre de 2015


Marcos, con Mossa festejando el ascenso. (Foto Rafa Sierra)

       Normal que en la crisis que estamos padeciendo los ciudadanos seamos abonados a las ofertas o los descuentos. Pero el Nàstic también se ha abonado a los descuentos para empatar los partidos, de penalti y con idéntico protagonista: Marcos Jiménez. Si la historia se vivió frente al Albacete, ahora se ha revivido ante el Numancia. Las dos penas máximas innecesarias, pero justas y finalizadas en gol.

         El Numancia de inicio le complicó el partido al Nàstic, le desconectó el trivote (Arel no llegó a entrar en el partido, Molina quedaba demasiado retrasado y Rocha como un islote en el centro) y le atacó por los laterales obligando a horas extras a Mossa y Calavera ante la inhibición defensiva de Jean-Luc y Naranjo. Arriba Alex López bien vigilado era un mero espectador del partido.

          A la media hora Vicente Moreno volvía al clásico doble pivote, sacrificando al  israelí, y dando entrada a Xisco Muñoz en la media punta que propuso mayor movilidad pero muy roma. Se vivía un partido de posesión y dominio local pero sin crear peligro. Al descanso se llegó con dos ocasiones sorianas y ninguna visitante.

          El Numancia creaba peligro por su banda zurda con los hermanos Valcarce (Vaya par de gemelos, como en la obra de Lina Morgan) pero el Nàstic defendía bien, eso si olvidándose del ataque).  La salida de Emaná le dio más llegada al equipo y Xisco en la banda pudo proponer más cosas. El partido apuntaba al cero-cero, pero un impecable remate de chilena de Alegría puso la ídem en las gradas y la desolación en el medio centenar de seguidores granas.

       Quedaba un cuarto de hora, y ahí los entrenadores movieron el tablero, Arrasate hizo un movimiento defensivo (quitó a Oscar delantero por un medio de contención, Nacho), Moreno, a lo Bobby Fischer hizo un jaque mate (sacó un medio defensivo, Molina y arriesgó con un ariete, Marcos). El Nàstic creció ofensivamente a la vez que el Numancia menguaba. Y en la última jugada del partido una falta innecesaria de Medina a Marcos en el área, Sagués la sancionó con penalti y Marcos, como Jhon Wayne en El hombre tranquilo engañó a Munir y sumó un punto.

       Moraleja: el Nàstic puede jugar mejor o peor, pero la fe en remontar la situación del marcador es innegociable. El Nàstic puede perder los partidos pero rara vez pierde su carácter.

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

REINA (6): Una gran intervención, junto a una mala salida. Poco trabajo.
CALAVERA (7): Solventó bien la avalancha de juego por su carril. Activo en ataque.
MOSSA (7): Sólido atrás y persistente en labores ofensivas. Sólo un despiste en la marca.
IAGO (7): Atento, anticipativo e intentando jugar desde atrás.
MARÍ (5): Alguna duda y excesivo balón rifado. Le faltó pausa en el juego.
MOLINA (6): De menos a más. Jugó más cómodo con el doble pivote.
AREL (4): No supo o no pudo entrar en el partido. Poca participación.
ROCHA (5): Más pendiente de destruir que de construir. Tuvo poca colaboración.
JEAN-LUC (5): Apareció algo en el segundo tiempo, no tuvo desborde.
ALEX (5): Aislado. Bien marcado poco pudo hacer. Debió intentarlo más.
NARANJO (5): Un disparo ajustado y nada más. Ayudó poco en defensa.
XISCO MUÑOZ (6): Aportó calidad y movilidad pero no creó ocasiones.
EMANÁ (6): Chispazos de clase. Buscó el pase vertical. Mejorado.
MARCOS (8): En 10 minutos creó más peligro que sus compañeros en todo el partido.
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