domingo, 13 de diciembre de 2015

Los jugadores del Leganés celebran el decisivo gol de Szymanowski
La cara de Xisco al encajar el gol lo dice todo.

     Si Marck Zuckerberg no hubiese tenido ambición jamás hubiese diseñado Facebook; si Rafa Nadal no tuviera ambición con el rosario de lesiones que ha sufrido ya estaría retirado en Manacor; si el Nàstic dispusiera en los desplazamientos de la ambición de que goza en el Nou Estadi probablemente estaría dándole la mano al Córdoba. Cierto que el Nàstic en la liga viene desempeñando un papel protagonista cuando en teoría le correspondería uno de secundario, pero ya que estamos flirteando con los puestos de ascenso o promoción luchemos para ver hasta donde se puede llegar.

    En Butarque, bajas considerables a parte, la ambición grana se mutó en conformismo y se planteó un partido para que no pasara nada: contención, rotura del ritmo del juego, evitar complicaciones y empequeñecer al cuadro local. pero cuando en un partido preparado para que no pase nada pasa algo (el gol madrileño) resulta difícil recomponer, no el sistema o la táctica, sino rearmar las cabezas de los jugadores que han visto alterado su mensaje inicial.

   Una acción aislada del delantero argentino Szymanoski, a falta de dos minutos para el intermedio, supuso el 1-0 y complicaba el partido porque el Nàstic en 90 minutos solamente sería capaz de chutar una vez entre los tres palos. Y resulta muy difícil en el descanso tomar la ambición por bandera y arreglar el desarreglo. El Leganés se vino arriba porque el Nàstic en el segundo tiempo se desposicionó, no encontró la equidistancia entre las líneas y adoleció de no tomar riesgos defensivos hasta el doble cambio.

El Nàstic durante todo el encuentro estuvo huérfano de juego por las bandas salvo acciones puntuales de Giner (se añoró a Mossa), faltó acompañamiento para Marcos (uno de los mejores) y la defensa, en Butarque, dejó excesivas rendijas por donde circulaba el balón creando peligro. Recordó el partido del Nuevo Altabix, hasta en el gol similar al que marcó Sergio León, porque la capacidad de reacción ante la adversidad no funcionó. El sábado cerramos el año frente al Zaragoza. Por cierto en todo el 2015 el Nàstic solamente perdió un partido encasa, frente al Alcorcón.

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

REINA (7): Fusilado en el gol, solventó el trabajo con buenas intervenciones.
XISCO C (5): Invisible en ataque, pudo hacer más en el gol. Por lo demás cumplió.
MARI (5): Limitado a tareas defensivas, lento en algunas acciones. 
IAGO (4): Imperdonable el fallo en el gol, dubitativo en algunas jugadas.
MOUSSA (5): Mejor en labores atacantes. Se le notó falto de confianza.
ROCHA (6): Manejó bien el balón y probó el tiro, pero le faltó mayor fluidez.
MOLINA (7): En su línea habitual, de pivote retrasado pudo ayudar poco en ataque.
NARANJO (4): Perdido, un tanto anárquico. Le faltó templanza en un par de jugadas.
MARCOS (7): Lo intentó, dio buenas asistencias, chutó y recuperó balones, pero sin suerte.
GINER (6): Muy activo y rápido, se ofreció. Acabó de lateral cumpliendo.
XISCO M (4): Le falta rapidez, estuvo apagado. Tuvo una acción que desperdició.
RAYCO (6): Dio otro aire a la delantera pero con poco tiempo.
LOBATO (4): Desaparecido el poco tiempo que estuvo. 
VALENTIN (4): Apenas intervino.
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