miércoles, 26 de julio de 2017

Estaría aquí pensando ya que el ciclo grana había concluido?

    El caso Mossa ha levantado un reguero de opiniones y ha causado sorpresa entre la gran familia grana. Josep Maria Angresola Jiménez que cumplirá treinta años el próximo mes de abril llegó hace tres temporadas al Nàstic procedente del filial de la UD Levante. El lateral zurdo cuajó dos excelentes campañas, en la primera logrando el ascenso a Segunda A, y en la siguiente rozando el billete a la Primera División; la pasada fue la más bien discretas y la vivió con más sombras que luces, pero siempre respetado por la grada. El valenciano puede presumir de sumar 118 partidos (dos de ellos de Copa) con el Nàstic y haber logrado un par de goles.

     Hace unos días entre extrañeza y estupefacción conocimos que Mossa se quería marchar, que su ciclo en Tarragona había finalizado a pesar de restarle un año de contrato; actitud hasta cierto punto comprensible. Esta temporada habrá más competencia en la banda zurda y la titularidad no estaba garantizada con lo cual su renovación para el curso 2018/2019 podría diluirse. Por tanto resulta plausible que con su intermediario buscase un equipo que le garantice tres temporadas, posiblemente el Real Oviedo. 

      El problema surge en el momento que se negocia a espaldas del club, en mitad de la pretemporada y cuando el cuerpo técnico cuenta con él, evidentemente sin garantizarle la titularidad. Los contratos están para cumplirlos guste o no a una de las partes contratantes. Mossa no puede pretender que el Nàstic le deje ir (caso distinto es el de Manolo Reina) sin que pase antes por caja.

      Pero lo que me ha parecido peor han sido los argumentos expuestos para su huida a tierras asturianas, estar estresado de la pasada temporada en la que ha sufrido un tremendo desgaste, perdonen que les recuerde que en el mundo laboral existen muchas personas que sufren desgaste psicológico y están estresadas porque no tienen trabajo y no perciben ningún tipo de ayuda o que llevan un par de años en el paro. En el sueldo de un jugador de la LFP va incluido el plus por el estrés, el desgaste emocional y agotamiento psicológico.

       Lo triste de la situación es que al tensar tanto la cuerda se ha roto y solamente le queda irse del Nàstic porque la afición no le perdonaría la infidelidad hacia un club que le trató bien y supo perdonarle las malas tardes. Mossa, así no.
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1 comentarios :

Totalmente de acuerdo con tus palabras Enric, pienso que siempre hay que ir de cara y no querer irse con argumentos con tan poca credibilidad.
Que pena irse por la puerta de atras a diferencia de otros jugadores que han sufrido tanto como el.....
Vete si quieres ....pero primero pasa por caja

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