jueves, 6 de julio de 2017

Viqueira, Andreu i Reina.
Un trípode que nunca cojeó: Viqueira, Andreu y Reina.

     Era el sábado 10 de junio sobre el minuto setenta de partido cuando Manolo Reina detenía el penalti lanzado por Jona, veinte minutos después con el encuentro concluido el malagueño lloró de alegría, como en agosto del pasado año también debió llorar, y mucho, pero de rabia por la lesión en el mini Estadi que le dejó cinco meses en el dique seco. Este mediodía Manolo Reina ha vuelto a llorar pero de emoción, durante casi un minuto no pudo articular palabra, estaba desbordado igual que al acabar el partido de Llagostera, luego desgranó el rosario de agradecimientos que salían de su gran corazón

     No conozco demasiado a Manolo Reina he coincidido con él en el plató de TAC12, un par de veces en los alrededores del Nou Estadi y en la inolvidable cena en La Andaluza el pasado mes de junio junto a Manolo Martínez, Sergio Tejera y Vergüenza Ajena. Allí coincidí con Ana, su esposa malagueña, simpática y agradable junto a sus dos hijas, que compartió conversación con Cheles, mi esposa. 

   El eje sobre el que gira la vida de Reina es la familia, su refugio en las horas amargas;  le gusta rodearse de gente que disfrute de la vida familiar, que comparta esos valores tan importantes, como los Viqueira, los Rocha, los Martínez o los Xisco Muñoz. Y pensando en el futuro de la familia Manolo ha vuelto a desmontar la casa, tomar un avión y fichar por el Nàstic de Mallorca donde se reencontrará con Vicente, Xisco, Lago, Giner y quien sabe si Alex López. Los Reina han estado en Valencia, Cartagena, Chipre, Grecia y Tarragona, es el peaje que han de pagar los futbolistas y sus parejas.

  Tres años de contrato y las inmejorables condiciones tienen la culpa. Se marcha con 142 partidos jugados, seis de Copa, y en el puesto 63 del ránquin de jugadores con mas partidos. disputados y el quinto como portero. Es evidente que ya ha inscrito su nombre en la historia del Gimnàstic. Pero el ciclo se acabó, Reina ha preferido salir a hombros por la puerta grande (como buen malagueño sabrá que su paisano Javier Conde lo hizo incontables veces), que marcharse por la puerta de servicio.

   Manolo Reina es un portero que sabe mandar, sabe colocar a su defensa, sabe jugar con el pie dando asistencias de gol; felino bajo los palos e intuitivo en los lanzamientos de penalti. El único pero que durante las cuatro años le he criticado son las (no) salidas. Sale poco (lo contrario de Emaná), pero debajo de la portería es de lo mejorcito que pasó por Tarragona en los últimas temporadas.

   Ah¡ y supongo que de su paisano Antonio Banderas ha adquirido su gusto por el teatro, las pérdidas de tiempo de Manolo Reina han sido antológicas y en ocasiones dieron sus frutos. Manolo, toda la suerte del mundo, te la mereces; el Nàstic ya te tiene en su corazón, espero que en el tuyo, tan grande, hagas un pequeño hueco para llevarlo dentro.  Hoy en tu vida Reina la emoción y el agradecimiento.
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