sábado, 21 de abril de 2018

Alvaro un día más fue el delantero más activo del equipo

A medida que avanzaba el segundo tiempo se me vino a la memoria el cuento de La Bella y la Bestia, anónimo de origen francés, y del que se han escrito infinidad de versiones, una de las cuales desde hace más de diez años se ha convertido en un reputado musical en la Gran Vía madrileña. El argumento nada tiene que ver con el partido pero sí el perfil de sus protagonistas. Una dualidad encontrada y llena de contradicciones. El Nàstic durante el primer tiempo fue la Bella, pero en la segunda se transformó en la Bestia.

Los de Nano en los iniciales cuarenta y cinco minutos bordaron el fútbol, se recrearon con momentos de belleza incluida; dispusieron de ocasiones Alvaro, le contamos tres, Muñiz, Tete y Maikel aunque en ambas pifió el disparo. El equipo buscó la armonía, quiso el balón y,  a pesar de que se olvidó de las bandas, le generó muchas dudas al conjunto de Arrasate. Sin el imperdonable error de Vázquez en el mano a mano con Aitor, el 1-0 hubiese ejercido justicia ante los visto sobre el césped en una tarde canicular. El balance era esperanzador aunque el desgaste ejercido por los granas preocupaba cara al segundo tiempo.

Pero una jornada más en el Nàstic volvió a emerger su preocupante bipolaridad y apareció la Bestia.; se convirtió en un equipo inconexo que perdió la brújula y la posesión del balón, que no pudo circular el juego y que se apuntó a un fútbol tan directo como estéril. Las costuras del Nàstic firmes en el primer período comenzaron a descoserse, a deshilacharse, atrás asomaban las viejas dudas, el centro del campo se volvió remiso, se escondió y arriba el problema era poder bajar todos los balones al pasto. Los minutos finales llevaron la angustia a las gradas, el Numancia compacto, bien situado y sin tomar muchos riesgos merodeó el área local (poste incluido) e hizo que los jugadores granas pensaran que un punto es un punto.

Tampoco ayudó el desquiciante arbitraje del donostiarra Sagués Oscoz que cargó muy pronto con amarilla a Muñiz y Abraham. Si cuando la chimenea se llena de hollín se llama al deshollinador, cuando el Nàstic se embarulla debería de aparecer el desembarullador pero en el equipo casi nunca aparece alguien que ejerza dicho rol. El gran reto del conjunto tarraconense esta temporada y la anterior es que no ha habido ni hay un director de orquesta con la batuta firme.

Ahora toca hinchar el colchón de puntos y el domingo ante un Lorca descendido los de Nano deberán dar un pase al frente y sumar los tres puntos y olvidarse del refrán: Dios aprieta pero no alorca'

1x1  (Puntuación del 1 al 10)

DIMITRIEVSKI  (7): Otro partido la puerta a cero, dos buenas intervenciones y una duda en una salida. Intentó jugar desde su área.
KAKABADZE (7): Atrás sin concesiones, atacó menos pero al final tuvo una clara pero optó por apuntarse al club de los embarulladores.
MOLINA (5): Interceptó un par de disparos del oponente pero con el juego largo rifó casi todos los balones propiciando las contras.
ARZO (6): Jugó fácil, evitó las complicaciones pero le faltó más serenidad para iniciar las jugadas.
ABRAHAM (6): Jugó condicionado por la amarilla, se sumó al juego de ataque con intención, reclamó un posible penalti.
TEJERA (4): Se aisló y no supo hacer jugar al equipo. Inhibido en alguna fase del segundo tiempo. Se le echa en falta.
FALI (7): Cortó, molestó al rival y aún tuvo arrestos para ofrecer juego a sus compañeros. Acabó fundido, de ahí el cambio.
TETE (5): Luchador y sacrificado, pero no percutió por su banda, otro que tiene carnet del club de los embarulladores.
MUÑIZ (6): Más entonado que en partidos precedentes, mejoró a balón parado. Su tendencia a jugar por el centro dejó huérfano su carril. Optante a entrar en los embarulladores
MAIKEL (6): Algo mejorado, virguerías aparte, procuró combinar y irse arriba, falló dos disparos al no encontrar el balón.
ALVARO (7): Hiperactivo en la zona del área disparó cuatro veces en jugadas que creó de la nada, pero el gol errado imperdonable en un futbolista de su clase.
JEAN-LUC (5): Se le vio más en la zona defensiva destruyendo que fluyendo por la banda, desperdició una oportunidad en los minutos finales.
MARQUEZ (5): Cierto que tuvo pocos minutos pero su frescura pudo tener mayor protagonismo en el partido y no la tuvo.
MANU (5): Se le vio algo lento y con menos ahínco de cuando era titular.  Ante el juego directo del Nàstic debió salir antes.

NANO (5): No debió renunciar al juego por bandas. Tardó en los cambios especial el de Barreiro. Lo de dar, al final, el punto por bueno me pareció correcto.

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