miércoles, 27 de marzo de 2019

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El Consejo del Nàstic no tiene más remedio que seguir confiando en Enrique Martín.


Durante cuarenta y ocho horas a Enrique Martín le han corrido la silla del Nàstic, metafóricamente, varias veces. Finalmente le dejan sentarse porque las circunstancias deportivas y económicas mandan. La incertidumbre que ha rodeado el proceso del despido ha minado, deteriorado y debilitado la imagen del entrenador navarro. La división del consejo a la hora de tomar una decisión ha sido grande y ha prevalecido, lógico, el coste económico de pagar la ficha y la clàusula de indemnización más los finiquitos de Alfredo y Ramos que se disparaba sobre los 300.000 euros, a lo que habría que añadir la contratación del nuevo equipo sobre un mínimo de 150.000 euros, y todo sin tener la garantía de que el equipo pueda salvarse en los once partidos (trenta y tres puntos) que restan.

Mirando detenidamente el calendario que aguarda a Lugo, Extremadura, Córdoba y Nàstic, y desde la objetividad un cierto rayo de esperanza aun se puede albergar por los enfrentamientos que restan; claro que para ello se tendrían que plantear de manera distinta los partidos, ser más valientes, arriesgar más y utilizar a otros futbolistas y ahí pienso que ha podido estar la clave de la continuidad: no te cesamos pero tu tendrás que cambiar el sistema.  No sería la primera vez que sucede, Nano llegó hace dos temporadas los tres últimos partidos y desde la dirección deportiva le marcaron sistema y futbolistas. No olvidemos que un entrenador es un trabajador de una Sociedad Anónima Deportiva.

A estas alturas del campeonato traer un nuevo entrenados es tarea muy complicada, si se viene un técnico curtido y no se ganan partidos siempre achacará a que se ha encontrado con la plantilla hecha; si se opta por un entrenador joven con ganas de abrirse paso la inexperiencia podría llevarle al fracaso.  Analizado desde la perspectiva y frialdad la decisión la podemos asumir perfectamente.

Pero para regresar al punto de partida se podía haber evitado esta crisis de incertidumbre que sin duda ha abierto heridas de desconfianza en los cuatro puntos cardinales: plantilla, cuerpo técnico, consejo y afición; cómo? pues mostrando el domingo al finalizar el partido una prudencia y serenidad para mantener el convencimiento de  unidad y un apoyo al entrenador aunque en el fondo solo fuera por exigencias del guion.

Tal vez la alineación del lunes en La Romareda pueda ayudar a esclarecer algunas dudas que a dia de hoy son un misterio. Cuando haces un jaque mate has de tener la seguridad que su peón no se comerá a tu reina.
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