jueves, 2 de mayo de 2019



Despidámonos de ver por el momento esta imagen.
En cierta ocasión le preguntaron a Jorge Valdano, para que sirve jugar bien?, el argentino recurrió a una definición del premio Nobel José Luis Borges, contestando a una pregunta de un periodista, para que sirve la poesía?,  el poeta respondió con otra pregunta, para qué sirve un amanecer?, para que sirve una caricia?, o una mirada?,  sirve -dijo, para la emoción, para el placer, para vivir. Eso es el futbol, una forma de vivir, de sentir, de emocionarse.

En el Nou Estadi llevamos cinco temporadas sufriendo emociones hasta el último minuto de la temporada: Llagostera, Huesca, Osasuna, UCAM y Rayo Vallecano. Pero la sexta se esfumó al principio de temporada pues en la próxima jornada si pierde el Nàstic y se conjugan una serie desfavorable de resultados matemáticamente seremos equipo de Segunda B.

Se hace duro pensar en la larga y sinuosa travesía por la categoría de bronce. Se hace un nudo en la garganta pensando la carga de sufrimiento, zozobra y angustia que nos aguarda. Esa es la grandeza del futbol, de tocar la gloria a caer en el infierno. Duele que el enamoramiento con tu equipo te haya producido un desengaño porque desde el inicio de la temporada existió una negligencia notable.

El fichaje de Arnal Llibert como Director Deportivo fue un tiro en el pie, luego hubo precipitación en el despido de Gordillo,; el fichaje de Martín pareció un acierto (nadie lo puso en duda), pero el navarro ha decepcionado.  Si el equipo con Gordillo anotó dos goles fuera de casa en cinco partidos, con Martín otros dos tantos pero en trece partidos.

Uno de los grandes errores del técnico de Campanas ha sido dejarse influenciar demasiado por su preparador físico Javi Ramos antes que con su segundo Alfredo; además ha sido incapaz de mantener una línea coherente con la plantilla haciendo alineaciones de capricho, quitando la confianza de sus jugadores y empecinarse en jugar con tres centrales y prescindir de los extremos.

Y aquí estamos esperando la jornada en que se certifique el descenso. Un dato los números de Martín le convierten en el peor entrenador de los 64 entrenadores que han dirigido al Nàstic en categoria nacional desde la temporada 1943/44.
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