Puñalada trapera
Y si se optara para acabar la temporada con este sistema?
Una buena parte de clubes de la Segunda B han aprovechado el desconcierto generado por la pandemia del COVID-19 para lanzarse como una manada de buitres carroñeros y obtener la máxima rentabilidad posible en la crisis de identidad e incertidumbre que rodea a la RFEF. El proyecto de finalización de temporada con play off exprés que pretende Luis Rubiales no casa ni con el reglamento, ni con la justicia y para que tenga legalidad deberá negociar con los clubes y cuántos más puedan obtener tajada mejor. De momento los veinte equipos que puedan formalizar la nueva división SEGUNDA B-PRO y los dieciséis que estan en zona de descenso a los que se les conmutará la pena ya suman treinta y seis clubes, a los que se pueden añadir los veinte filiales que ni pinchan ni cortan, pero que se negarán a formar una liga propia, ya sumamos cincuenta y seis. Quedan pues los veinticuatro equipos restantes, los pringados, que son los convidados de piedra a este gran cataclismo competitivo que se contempla desde Las Rozas.
Volviendo a la legalidad de esta improvisada reforma de la Segunda B que está en entredicho, supongo que un Decreto del Consejo Superior de Deportes ante el estado de Alarma en el que vivimos valdría para evitar que algunos clubes pudieran recurrir a la justicia ordinaria. Es decir que si para salvar el culo de algunos directivos se ha de joder (perdonen la palabra) a un conjunto de equipos pues se hace y punto. Se quejaría lo mismo un equipo ahora perjudicado porque está clasificado el catorce si estuviera el octavo en la tabla? Seamos sinceros todos arrimamos el ascua a nuestra sardina, pero se mire como se mire esta jugada resulta una puñalada trapera a un buen número de equipos.
La Segunda B se creó en la temporada 1977/78 con dos grupos de veinte equipos con el objetivo de que fuera un crisol para que emergieran jóvenes futbolistas (recordemos la normativa de alineación obligatoria de dos jugadores sub20). La RFEF, presionada por la AFE, cambió de opinión en la temporada 1986/87 unificando los dos grupos en uno solo, pero fue tal el error que la temporada siguiente se dispuso que la Segunda B la compusieran ochenta equipos distribuidos en cuatro grupos. Desde hace pues treinta y tres temporadas la Segunda B no ha vivido ningún cambio estructural; si en la fórmula de ascensos y descensos.
Hoy el futbol profesional y neoprofesional en el estado español está así dividido: 1ª División (20 equipos); 2ª División (22); 2ª División B (80, de los que 20 son filiales) y 3ª División (320 de los que 32 son filiales). Un proyecto de hace unos años con el beneplácito federativo apostaba por el siguiente escenario: 2 Grupos de Segunda B (22 o 20 equipos), 12 Grupos de Tercera (se unían Asturias y Cantabria; Rioja y Navarra; Murcia compartia con Castilla La Mancha y Valencia) y Andalucía pasaba a un grupo de 24 equipos). En total se cortaban a un centenar de equipos.
Ahora resulta que de buenas a primera y por intereses partidistas hinchamos el globo con 40 equipos de más o sea que con la nueva fórmula sumaríamos 482 equipos que me parece una bestialidad, y más si contamos que se superarían las 1.000 fichas de futbolistas. Ah¡ y todo en mitad de una crisis económica de primer grado, cómo se podrán mantener pues casi quinientos clubes.
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3 comentarios
Si antes ya era un problema, en plena crisis economico este proyecto no se sustenta por ninguna parte. La restructuración debe tender a la racionalidad. Quizas dos grupos de 2ª con 16 equipos como antaño y un play off d'ascenso y permanencia entree los 6 primeros y los seis ultimos de cada grupo : 42 jorrnadas como ahora. Una 2ªB Pro limitada y una tercera potentem y os filiales disputando una comepticion propia como hacen en tras ligas como la inglesa por ejemplo.
ReplyTotalmente de acuerdo
ReplyEsta propuesta parece mucho más sensata
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