El Nàstic puso la 'maña' en La Romareda
Ay¡ si todos los campos de la Segunda B, fueran como este.
En La Romareda se ha vivido un Deja Vu, el de otro Sábado de Gloria, el 15 de abril de 2006, en el Municipal de Lleida, con 6.000 nastiqueros en las gradas con una victoria sobre el Lleida (1-2) con goles de Llera y David Cuellar que situaban al Nàstic en la plataforma de lanzamiento hacia la Primera División. La únicas diferencias: 150 kilómetros más en la misma Autopista y 5.500 seguidores menos. Pero el valor del triunfo similar.
En el campo municipal de Zaragoza el Nàstic puso la maña y volvió a temporizar el partido en función del marcador favorable. El descanso a Marcos no hay que tomarlo como un castigo al malloquín, sino como un premio merecido al vasco Gorka Azkorra. El triunfo del Huracán un día antes podía haber creado un clima de presión hacia el Nàstic, pero este equipo tiene oficio, casta (con perdón de Podemos) y sobre todo una enorme confianza en sí mismo. Rayco (ese delantero que parece que no está, pero que casi siempre aparece) abrió la lata, Rocha (ese lujo de cerebro que siempre aparece) la vació y Marcos (ese ariete injustamente criticado que siempre que puede o le dejan se reivindica), rebañó la lata.
Claro que antes, según pudimos escuchar a través de Tarragona Radio, Manolo Reina sacó dos manos que ni David Copperfield que propiciaron que el Nàstic lograra su decimoctava jornada sin encajar un gol, todo un récord; el malagueño a sus 30 años está firmando su mejor temporada. La esencia del fútbol es hallar el equilibrio entre la defensa y el ataque, pero hoy en día lo más importante es leer adecuadamente cada partido. Y los rivales son conscientes de que si el Nàstic se adelanta en el tanteador, levantar el partido es tarea de titanes.
El Nàstic ganando los nueve puntos de casa será campeón de grupo, sin necesidad de echar mano de la calculadora. La afición cree en el equipo y viceversa y con este binomio la catarsis de lo sucedido en Llagostera es un hecho irrefutable. El domingo frente al Mallorca B, nadie duda de que continuará el éxtasis grana.
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