martes, 26 de mayo de 2015


       Hoy Tarragona aun es un remanso de paz, una ciudad sosegada y bañada en el silencio de la noche primaveral. Un silencio que el domingo al mediodía se rasgará herido por un rayo de locura, de pasión, de histeria colectiva, de gozo íntimo, de ansia, de premio ante un castigo injusto.

    NAS-TIC, NAS-TIC, NAS-TIC, es el latido de cientos, miles de corazones que bombean sangre granate y que cuentan los días, las horas, los minutos que faltan para que el balón empiece a deslizarse por el tapete verde del Nou Estadi y de nuevo se agigante la historia del Gimnàstic. Otra vez que podemos construir la proeza, el deseo soñado, que podemos entonar el himno que paseamos por Primera División. NASTIC, es tu momento, tu instante para convertir el sueño en realidad.

    Las legiones de seguidores nastiqueros aguardan inquietos par ocupar posiciones en las gradas del viejo y querido NOU ESTADI y teñirlo por completo de rojo, como una marea de la sangre de las heridas infringidas por un destino cruel que nos robó, no el mes de abril, sino el mes de junio. La catarsis del fútbol ha de ser una perfecta armonía entre afición y equipo, ellos (jugadores) no os van a fallar.

     Lo palpo, lo veo, lo siento, la afición será un tsunami de fe, un huracán de furia controlada, un torrente de esperanza. Todos confiamos ciegamente en la victoria, en el triunfo de un equipo, un club, una ciudad; todos juntos vayamos a desalambrar la gloria que nos usurparon, a conquistar el cielo de los vencedores, a enronquecer las gargantas, a enrojecer las palmas de las manos, a acariciar de nuevo la Liga Adelante. La vida no da segundas oportunidades y el breve trayecto al éxtasis dura noventa minutos.

   Seamos capaces de que los jugadores cabalguen sobre el aire, que corran con piernas elásticas y coraza de acero en el pecho a la conquista del santo grial del ascenso, que avancen mecidos en los cánticos de la grada en busca del gol. Que luchen como bravos gladiadores del siglo XXI sabiendo que no hay retorno, que no existe vida tras la derrota, que la inmortalidad se gana en la épica de la batalla, defendiendo cada centímetro de terreno con lágrimas de fuego, con gotas de sudor de sangre.

Reina, Xisco Campos, Molina, Mari, Mossa, Rocha, Manolo, Lago, Rayco, Marcos, Giner, Tomeu, Azkorra, Jean-Luc, Luismi, Cristobal, Marc, Xisco Muñoz, Pol Bueso, Gerard...vosotros sois nuestro gladiadores...

AVE, CESAR, la afición os saluda y os dice: A POR ELLOS¡¡¡¡, tenéis la gloria a noventa minutos.
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