lunes, 24 de agosto de 2015

Juan Carlos, rey de la portería del Albacete ayer, mira impotente el tiro de Marcos.

      Si ahora viviéramos en la Grecia clásica seguro que alguno de los poetas del Parnaso le dedicarían alguna Oda o Elegía a los minutos de gloriosa épica que desencadenaron, como la erupción de un volcán, los jugadores del Nàstic. Así lo hacían loando las grandes gestas de los atletas en las primeras Olimpíadas. Fueron diez minutos en que el magma volcánico granate atenazó al joven equipo manchego y abrasaron al rival logrando, con uno menos, empatar un partido que no merecieron perder.

      Con diez jugadores de la pasada temporada en el once inicial, Vicente Moreno quiso demostrar el respeto que tiene a la plantilla de Segunda B y que además posee toda la fragancia para competir en la Liga Adelante. La primera mitad fue de manual: abrir juego por las bandas, buscar apoyos por el centro y acabar chutando. Fueron cinco disparos que Juan Carlos desvió evitando el gol. 

        El Albacete quería el balón (Luis César ha cambiado su filosofía futbolistica) pero cuando lo tenía le duraba poco porque la presión local ahogaba más que la calima ambiental. El Nàstic fue el amo del partido conservando su estilo tan personal que le llevó la pasada temporada a quedar campeón con holgura, y el público disfrutó de los primeros 45 minutos. 

      En la segunda parte el guión seguía con idéntico argumento hasta que en el primer córner visitante llegó el primer disparo a puerta que acabó en gol. Ahí el Nàstic perdió la brújula al igual que  a Manolo se le fue la olla y el equipo quedó con diez muy tocado, y vino el segundo gol en un penalti de Giner (típico penalti de delantero) que se intuía antes de que llegara al balón. Partido sentenciado y se nos vino a la cabeza el fantasma de los comienzos de las dos últimas temporada: derrota en casa frente a Lleida y Sant Andreu.

     Moreno con los cambios lanzó un órdago al rival que le salió bien. El equipo tiró de épica, de esa leyenda que lleva como aureola (y eso que pitaba Eiriz Mata con el mal recuerdo de Llagostera fresco) y  se fue al ataque olvidándose de sistemas y posicionamientos, se agigantó y enanizó al Albacete. Diez minutos que entrarán en la historia grana en los que generó cuatro ocasiones de gol (travesaño, gol de cabeza, parada del meta y penalti en el minuto 95). Fue la transfiguración del tormento al éxtasis. ¡Viva el fútbol en toda su pureza¡

1X1 (puntuación del 1 al 10)

REINA (6): Sin culpa en el gol y seguro, salvó el punto en una salida a medio campo. 
GERARD (7): Incisivo y vertical, enorme en ataque. Alguna duda atrás.
MOSSA (6): Potente y agresivo, subió con sentido. En el gol no tapó a Ramos.
MOLINA (6): Alguna imprecisión atrás, pero lo arregló con un oportuno gol.
MARI (7): Solvente, sereno y con visión del juego. Arriesgó con la amarilla.
MANOLO (4): Imperdonable que cayera en la trampa, justa expulsión.
ROCHA (6): Intermitente, probó el disparo varias veces. Mejor en la segunda parte.
ASSOUBRE (8): Participativo, atrevido y con un fútbol vertical enorme.
RAYCO (6): Engarzó jugadas, trianguló bien pero estuvo poco fino en la finalización.
ALEX (8): Enorme partido, movilidad, pelea, asistencias y dos claras ocasiones.
GINER (6): Cometió un penalti infantil, puso velocidad y mucho sacrificio.
EMANA (5): Lejos de su mejor estado físico. Se le vio fatigado.
PALANCA (6): Entró frío pero fue adquiriendo protagonismo, buenos centros.
MARCOS (7): Forzó un penalti que transformó y se entregó en los 15 minutos que tuvo.
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