sábado, 9 de enero de 2016



La oportunidad de oro  fallada por Stephan Emaná. (Foto Joan Alfons López)

  Difícil resulta analizar la primera visita en Liga del Lugo y su victoria injusta porque de la misma se podría hacer dos lecturas distintas. Primera: incidiendo en el poco control de balón ejercido por el Nàstic en el primer tiempo, el sorprendente naufragio defensivo de los locales, la generosa pérdida de balones en zona de peligro y la excesiva dosis de responsabilidad depositada en el benjamín de los Emaná, el resultado podría considerarse justo.  Segundo: valorando que los lucenses no han sido mejores, pero que han sabido obtener renta de sus cuatro disparos a puerta, que un poste les salvó en dos ocasiones y que al final solamente defendieron, el resultado podría considerarse injusto.

   Si profundizamos más en el análisis del partido hasta me atrevería a asegurar que si los tres puntos se quedan en Tarragona nadie se escandalizaría. La génesis de la derrota fue producto de errores del Nàstic, le faltó trenzar el fútbol desde atrás, un Rocha gris fue incapaz de enhebrar el juego al no disponer de ayuda; en la retaguardia no hubo equilibrio y se contagió la inseguridad; la lesión de Marcos tan prematura complicó el dibujo del juego de ataque y frente al Lugo lo que no puedes es ir a remolque del marcador. Pero de haber acertado Palanca o los hermanos Emaná en las cuatro claras ocasiones de que dispusieron el análisis seria distinto.

  El Nàstic ayer tuvo bipolaridad, supo generar ocasiones y a su vez fue cándido a la hora de defender. El equipo mereció más los tres puntos ayer que no el punto de El Sadar, pero el fútbol tiene riesgos y ayer el Nàstic los asumió. Quizás fue prematura la titularidad de Valentín, lejos de su mejor estado físico; tal vez Naranjo funcione mejor como revulsivo y se podía haber sacado del ostracismo a Rayco, y a lo mejor con la lesión de Marcos podía haber entrado Tejera (cuando apareció el equipo se transformó ofensivamente) y haber colocado a Achille Emaná de punta de referencia.

  El Lugo fue un calco del Alcorcón (ambos vistieron de amarillo, y ambos ganaron) equipos de presión, rápidos al contragolpe y listos para aprovechar errores del rival. Y cuando fue necesario plantaron la Muralla de Lugo ante José Juan y dieron escasas opciones. Ayer en el ambiente hubo cierta frialdad y el público se puso nervioso muy pronto y, creo, que transmitió las dudas al césped.

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

REINA (5): Cumplió pero pudo hacer algo más en el segundo gol.
VALENTIN (5): Lejos de su mejor forma, le falta velocidad de desborde.
IAGO (4): Lento e impreciso. Falló en algunas entregas.
MARI (3): Desconocido, nervioso, dubitativo y desubicado. Necesita reposo.
MOSSA (7): Desbordante, insistente y efectivo; atrás el más seguro.
ROCHA (5): Desdibujado no pudo crear, con Tejera mejoró algo.
MOLINA (5): Falló en un gol. Acelerado en algunas acciones.
PALANCA (7): Activo, creó peligro e hizo un poste, le sobró egoísmo en una contra.
MARCOS (-): Se rompió en la primera jugada. Una pena.
A.EMANÁ  (8): El mejor. Participativo y genial. Tuvo un par de ocasiones.
NARANJO (6): Espeso hasta el gol. Funciona mejor de revulsivo.
S.EMANÁ (5): Le pudo la presión, desperdició dos jugadas de gol.
TEJERA (7): Imprescindible. Hace jugar al equipo y asume riesgos.
JORDI (6): Mejoró el carril diestro. No entendí su suplencia.
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