martes, 26 de enero de 2016

  

   Ser leal a si mismo  es el único modo de ser leal a los demás. Confieso que tengo debilidad por Jordi Calavera, me parece un lateral con una proyección extraordinaria y con una enorme capacidad de mejora. Ha adquirido solidez defensiva (le falta un punto de mala leche, con perdón) y dispone de un descaro ofensivo enorme (debe mejorar el centro final). Con solamente 20 años ha jugado en División de Honor Juvenil, Tercera, Segunda B y Liga Adelante, acumulando ya un centenar de partidos. Currículum brillante.  Jordi, de Cabra del Camp, ha nacido y se ha formado en la escuela del Nàstic, pero hace pocos días ha decidido romper esos lazos y morder la mano que le ha dado de comer.

   Recuerdo el gran gol que marcó al Athlètic B y su gesto instintivo de besar el escudo del Gimnàstic demostrando un amor sentido hacia sus colores, pero con el ímpetu de su juventud llegó una brasileña, Dinora Santa Ana (la ex de Dani Alves) que le buscó un nuevo amor (azulón y por los madriles) y provocó el divorcio grana. Una pena. Y es que hay representantes que miran más desde el propio egoísmo que no por el bien de su representado.

  Jordi dio su palabra al presidente Andreu de que continuaría, la palabra de una persona es como un contrato de respeto y confianza; el Nàstic ya tenía dos clubes para traspasarle el 30 de junio en una operación en que ambas partes salían beneficiadas. Calavera se aceleró como si realizara una de sus habituales subidas por la banda. Cierto que cada futbolista debe de mirar por su propio futuro; Jordi podía pensar que estaba en una jaula de oro, pero tenía la puerta abierta y le hubiese venido bien curtirse en la Liga Adelante en la segunda vuelta para llegar con más madurez a la Primera División.

  Habrá que empezar a creer que existe la maldición de los laterales diestros, primero fue la marcha airada de Sergio Juste (que sigue en Segunda B con el Barça), después la de Alberto Benito con juicio incluido (que continúa en Segunda B con el Reus) y ahora Jordi Calavera.  Y es que los caminos de la lealtad son siempre rectos. 

   El Nàstic pierde un excelente lateral, por suerte su competidor Gerard Valentín si que renovó su contrato y el equipo tiene un seguro en la banda derecha. Tal vez con el paso del tiempo Jordi Calavera se de cuenta de que en la vida no se pueden poner los bueyes detrás de la carreta, a pesar de todo le deseo lo mejor al futbolista tarraconense. Como decía Lope de Vega 'no hay cosa más fácil que dar consejo, ni más difícil que saberlo tomar'.
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3 comentarios

Yo creó que Jordi esta muy mal representado y si el no hace nada para evitarlo,será otro lateral que no llegara a lo más alto,suerte Jordi

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Yo creó que Jordi esta muy mal representado y si el no hace nada para evitarlo,será otro lateral que no llegara a lo más alto,suerte Jordi

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La familia tendría que intervenir, si no a Jordi se le puede acabar la proyección futbolística, si fuera verdad que esa representante tiene ofertas de equipos de primera, pensáis que aún estaría aquí???? JORDI CALAVERA QUEDAT SI US PLAU

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