sábado, 2 de enero de 2016

 
  Los jugadores rojillos celebrando el gol de Mari...en priopia puerta.

     Era evidente que se jugaba en el Sadar por la presión y los cánticos del público navarro, por la solera del campo, pero en mi subconsciente vi el frontón pamplonica de Labrit encastado en el área que defendía el  Nàstic. Y es que Navarra no se puede concebir sin el deporte de la pelota y Pamplona sin el señorial Frontón Labrit inaugurado en 1952 y donde pelotaris del Nàstic como Oterino, Andreu o Gombau firmaron memorables partidas. 

     Primer encuentro del año ante un rival de enjundia llamado a retornar a la Liga BBVA y Vicente Moreno apostó por el blindaje, tres centrales en línea con dos laterales algo más avanzados formando abanico, un doble centro de campo con misión de obstruir la construcción del juego y con dos bandas más centrados para formar un triángulo con el vértice de la Espada. Supongo que la consigna era correr los menos riesgos posibles, apurar la paciencia y aprovechar alguna ocasión (siempre las hay) y crucificar al equipo rojillo.

    Los primeros cuarenta y cinco minutos se interpretaron según el guión previsto con Jean-Luc y Palanca muy activos, pero Marcos demasiado aislado. Atrás algún leve desajuste en las marcas, algunas pérdidas absurdas de balón, pero Osasuna estaba maniatado y desconectado,  y arriba Nino, desesperado. Se notó en falta algo más de fluidez pero el marcador se daba por bueno.

    En la segunda parte los de Enrique Martín salieron como una moto GP y el Nàstic como una 125, pero lo que son las cosas un penalti a favor de los tarraconenses marcado con sangre fría por el samurai Marcos dejaría grogui a Osasuna hasta que Marí cometió la torpeza de empatar el partido. Ahí comenzó el vendaval rojillo, la catarata de posesiones de balón locales y se volvió a instalar, como durante algunos instantes del primer tiempo, el Labrit donde los granates (ayer de blanco) rechazaban cuántas pelotas les llegaban de cabeza, con la bota o con el esternón.

   La épica de los últimos minutos resistiendo los envites de Osasuna recordó las escenas de aquellos filmes de granjeros del far-west luchando rodeados por los indios a la espera de la llegada del Séptimo de Caballería, en el Sadar también llegó con el pitido final de Juan Manuel López Amaya...Justo el empate para el Nàstic?, no me hablen de justicia porque, miren ustedes, Rodrigo Rato sigue en la calle¡

1x1 Puntuación del 1 al 10

REINA (8): Una mano de santo, muy atento. Como actor de rampas tiene recorrido.
JORDI (6): Anticipación y contundencia; se le esperaba más en ataque. Algún despiste.
MOSSA (7): Criterio en elegir opciones de ataque. Atento en la zaga.
IAGO (6): Incómodo con tres centrales. Bien en el corte. Hizo dos faltas innecesarias.
MARÍ (5): Erró en el gol de Osasuna. Indeciso en ciertas acciones. 
MOLINA (7): Cómodo atrás, lo hizo fácil. Bien posicionado, regaló una falta peligrosa.
FALI (6): Asume riesgos complicados. Trabajó pero necesita más presencia.
ROCHA (5): Labor de zapador más que de ingeniero. Se le añoró.
PALANCA (7): Muy activo, objeto de faltas (no sancionadas), probó el disparo.
JEAN-LUC (7): Su velocidad sembró el pánico pero dispuso de pocas ocasiones.
MARCOS (6): Estuvo distante y algo lento. Dio otro punto al equipo.
TEJERA (5): En los pocos minutos no pudo aparecer, estuvo muy tapado.
NARANJO (5): Poco tiempo pero excesiva conducción individual.
LOBATO (5): Salió hacia el final...tocó un balón.
________________________________________________________________

Comentarios: