miércoles, 14 de septiembre de 2016

  
 En Alcorcón el Nàstic jugó muy bien, pero no puntuó. 

  Sorprende el desarrollo de la Liga 1,2,3 en sus primeras cuatro jornadas. Atención a los números que ofrece la Segunda, se han disputado 44 partidos con sólo 2 triunfos forasteros, 19 victorias locales y 23 empates. Podríamos calificarla como la Liga del miedo, una competición donde perder produce vértigo. Los 22 equipos tienen como objetivo alcanzar los 50 puntos, pero con tantos empates bajará el listón. 

   Comparando resultados podemos asegurar que es la Liga más igualada de todas las profesionales que se disputan en Europa (Primera y Segunda y de los seis países con mejor coeficiente).  Beneficia tanta igualdad al espectáculo?, pienso que no porque los equipos antes de apostar por un fútbol vistoso han de ser resultadistas.  De seguir ésta dinámica, que puede cambiar, las últimas diez jornadas pueden ser de infarto con partidos agonizantes y con la mirada puesta en los pequeños detalles que puedan dar puntos.

    Especular con el resultado no será un demérito sino una fórmula para sumar y evitar entrar en un marasmo de inseguridades, dudas y el fantasma del descenso. Ya no existen equipos favoritos que realicen un paseo militar por la categoría (tal vez el Levante sea la excepción), pero las Segunda se ha convertido en una división de currantes donde los errores se penalizan demasiado.

   Ni el jogo bonito, ni la posesión del balón, ni el tiki-taka, ni la creación de ocasiones, ni el dominio territorial, en la Liga 1,2,3, esta temporada solo vale el resultado final. Sumar y si puede ser de tres en tres puntos mucho mejor.
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