sábado, 17 de septiembre de 2016

Gerard uno de los pocos jugadores que se salvaron del naufragio

      En esta temporada recién abierta el Nàstic está errando por un desierto futbolístico donde tan sólo encontró los oasis del segundo tiempo frente al Lugo y la primera parte de Alcorcón, el resto arena, viento y sequedad de boca. Viene a ser como aquel apasionado de las motos que se compra una de gran cilindraje, marca reconocida, con todos los accesorios más innovadores pero al cabo de pocos kilómetros se le gripa el motor. Pues más o menos es lo que le sucede a este Nàstic que nada tiene que ver con el de la temporada anterior. Es un equipo gripado, que las piezas del motor se han bloqueado, la defensa descompensa la posición y de excesiva ventaja al rival, el centro del campo necesita un resset inmediato, las bandas tienen olvidadas las diagonales y arriba los delanteros observan el síndrome de la soledad del corredor de fondo (magnífica película británica de Toni Richardson).

     En Alcorcón apareció la magia en la media hora inicial y el Nàstic volvió a lucir como en la campaña anterior. En Soria fue mediocre, el Numancia tuvo más intensidad, los pajaritos fueron halcones ávidos de carne, el Nàstic fue un equipo menguante, apático en algunas fases, carente de chispa a la hora de crear, con excesivas pérdidas tantas que podría encontrar de esponsor a una casa de compresas. A excepción de los primeros quince minutos de la segunda parte el equipo navegó sobre un mar de dudas. Se creaban semi-ocasiones, porque ocasiones claras que recuerde, una. Se insistía en sacar gilicorners sin ningún sentido.

   El Numancia perdonó en parte porque Saja volvió a ser el mejor, y el colegiado también perdonó la segunda cartulina, primero a Delgado (menudo carácter tiene el chileno) y a Molina (que hizo un partido muy espeso). Ayer faltó actitud, se presionó poco, se necesitaba más intensidad en el centro del campo y se cedieron muchas segundas jugadas.  Como es posible que un equipo que realiza una primera parte notable en Santo Domingo, suspenda la evaluación siguiente en Los Pajaritos?. 

    Estoy convencido que Vicente Moreno (que desde que está en Tarragona no perdía dos partidos consecutivos) dará con la tecla, quizás cambiando piezas en el once inicial u optando por variaciones en el sistema táctico. El Zaragoza espera a la vuelta de la esquina y ganar seria el balón de oxígeno para acudir el próximo sábado al Nuevo Arcángel sin urgencias.

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

SAJA (9): Salvador, providencial para evitar la goleada. Gol imparable. La única línea del equipo que da garantía de calidad.
GERARD (8): Atento en defensa se prodigó en ataque y fue el hombre más peligroso del Nàstic.
SUZUKI (5): Erró en la marca del gol. Dubitativo en algunas acciones, vencido por alto.
MOLINA (5): Distraído en el gol local. Falló algunas entregas, precipitado e inseguro.
MOSSA (4): Por su banda vino el peligro numantino, se vio poco en el juego ofensivo.
TEJERA (3): Apagado y diluido en la zona central. Una roja imperdonable en un jugador de su nivel.
MADINDA (4): Invisible, desaparecido durante muchos minutos. Le costó incrustarse al partido.
CORDERO (3): Estuvo pero no apareció. No encontró la forma de generar juego.
MUÑIZ (3): No sólo ha de jugar a balón parado. Intermitente y con excesivas pérdidas de balón.
DELGADO (4): Desperdició la única jugada de gol. le perdonaron la segunda amarilla. Más actitud.
UCHE (5): Quiso pero no pudo. Desamparado arriba tuvo que vivir de buscar el fallo del rival.
ALEX (4): Apareció poco y recibió escasos balones. No se entendió con Uche.
RASHALLA (4): Embarullado, le costó entrar al partido. Dio pocas señales de vida.
LOBATO (4): Le faltó protagonismo en los compases finales, tocó pocos balones.
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