miércoles, 8 de marzo de 2017

El Nàstic ya otea desde la lejanía la isla de la permanencia.

    He de confesar que el título he tenido que ir a buscarlo a un libro de matemáticas porque yo, insisto soy de letras, del bachillerato de latín y griego. Pero necesitaba un titular que sedujera y englobara en buena parte el que quiero explicar que se basa en los números pero apoyándose en el empirismo de las temporadas transcurridas en mi etapa de periodista. En fútbol los números son inapelables pero circunstancias ajenas a la numerología hacen que siempre exista el factor sorpresa que es el romesco del fútbol.

   Hasta hace tres jornadas el Nàstic no tenía horizonte, veía un futuro negro e incluso se desechaba el hacer números porque siempre solían salir negativos. Les voy a explicar mi teoría que posiblemente matemáticos o economistas me rebatan. Los periodistas solemos ser personas a las que nos va más la praxis. Y en una Liga tan ajustada, abierta y rácana como la actual las suposiciones se compran pero con cierto reparo.

   Vamos con los datos. Un mínimo de 550 jugadores se alinean en los 22 equipos que disputaran 462 partidos que suponen 61.580 minutos de juego y de inicio se repartirán 1.386 puntos (aunque por el camino pueden quedarse más de 200 en empates), si sacáramos la media de puntos a cada equipo le corresponderían 63. Ahora en la jornada 28, ya hay dos equipos destacados por arriba Levante (62) y Girona (55), pero en zona de peligro están desde el Huesca (39) que marca plazas de play off al  Córdoba (30) que señala la línea de descenso y les separan tan sólo 9 puntos, tres triunfos. 

  Con una categoría tan igualada y con un incremento del número de empates del 10% con relación a la pasada temporada, no andaremos errados si situamos el listón de la permanencia en 49 puntos, quedando aun en juego 42. Además habría que valorar los equipos que viven en una dinámica positiva (de menos a más) y los que se hallan en un bucle negativo (de más a menos). Por eso desde la perspectiva de un matemático neófito pienso, creo y confirmo que el Nàstic ahora se halla en una situación de privilegio después de haber convivido durante 22 jornadas con el farolillo rojo sobre sus espaldas.
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