jueves, 10 de agosto de 2017

Celebración del segundo gol granate. Foto Joan Alfons López

    La pretemporada sirve principalmente para fraguar, gestar el juego de un equipo, para amoldar las variantes de los sistemas y para estructurar y organizar las ideas. Los resultados son secundarios, episódicos.  El Nàstic no es ninguna excepción. Llusi Carreras ha moldeado, ha conformado un equipo con cuatro ideas esenciales y con un axioma fundamental: tener el balón y cuando no se tiene presionar.

      Al margen de la banalidad de los resultados el Nàstic ha cosechado inmejorables registros: (Villarreal (2-0), Olot (0-5),  (Farners 0-5), Barça (1-1) y (R.Zaragoza 2-1), que dan 15 goles a favor y 2 (a balón parado) en contra. Además Lluis Carreras ha buscado la continuidad de sus hombres que le han generado mayor confianza. Parece claro que Dimitriesvki, Djetei, Perone, Abraham, Tejera, Maikel, Omar y Manu Barreiros serán fijos para recibir al Almeria, los otros tres puestos pueden estar entre Kakabadze, Suzuki, Delgado, Muñiz, Molina y si llega Luismi.

     En teoría el partido frente al Real Zaragoza había de ser el de la prueba del algodón, dos rivales que el pasado año sufrieron, que han cambiado de entrenador y que competirán en la Liga 1,2,3. La realidad fue muy distinta; salvo los diez primeros minutos del segundo tiempo el Nàstic fue altamente superior al equipo maño muy desajustado y lento en la recuperación. Los locales clonaron la climatología y crearon una lluvia de ocasiones ante el marco de Ratón; combinaron mejor y fueron capaces de ganar los balones divididos y hacer daño al Zaragoza en la presión muy arriba. El marcador, al final, fue muy corto para los méritos del Nàstic. El Nàstic bailó al Real Zaragoza bajo la lluvia.

    Dimitrevski volvió a estar seguro y tranquilo; atrás los tres centrales (a la media hora Carreras varió el dibujo) estuvieron equilibrados Suzuki (rápido), Djetei (soberbio), Perone (infranqueable), en las bandas Javi Jiménez (cumpliendo), Kakabadze (incrustado en el centro eléctrico) y Abraham (galáctico). En el centro Molina (porfiando), Maikel (estratosférico), Muñiz (motivado), Rayco (descarado). Arriba Omar (omnipresente), Delgado (crecido), Manu (majestuoso), Emaná (fallón) y Alvaro Bustos (detalles).

     Al pastel le faltan dos guindas, una la probable de Luismi y otra un delantero complementario de Barreiro. Y me voy a arriesgar (aunque a lo peor en junio he de comerme este comentario) 'este Nàstic apunta alto, muy alto'. Con ganas de que empiece la fiesta el domingo 20 de agosto.

    

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