sábado, 28 de octubre de 2017


Bajas y altas sin estar al cien por cien dejaron mermado al equipo en Lugo.

     Cada equipo pretende disponer de un sistema de juego, un modelo para encarar los partidos; el Nàstic de Rodri lo tiene y lo ha venido demostrando hasta que las lesiones le han diezmado las posibilidades de desplegar las ideas que contiene su manual. Los tarraconenses sin Uche, Tejera y Omar, lesionados, Abraham sancionado y Maikel y Jean Luc regresando de sendas lesiones, son un equipo vulgar, sin capacidad de sorprender, erráticos en los pases (se perdieron casi la mitad) y sin decisión para firmar el gol.

     Del equipo gallego decían que realizaba un fútbol de fragancia (vaya que olía a Lugo Boss), que se desdoblaba bien pero que era débil por los flancos circunstancia que el Nàstic no supo aprovechar e hizo estrecho el Ancho Carro. Las diferencias presupuestarias en los equipos de la Liga 1,2,3 donde se nota es el el banquillo, en el fondo de armario. El  equipo de Rodri tuvo que arreglar el Ferrari con piezas de Citröen.

    Lo mejor que hizo el equipo fue, durante los primeros veinte minutos presionar pero sin premio alguno. Nadie fue capaz de enlazar con Barreiro y los laterales prefirieron no arriesgar en ataque, además nadie pudo (o supo) coger la batuta para dirigir la orquesta, que además durante varias fases del partido desafinó.

    El bostezo se prolongó hasta la media hora cuando el Lugo en el que Seoane sigue siendo muy necesario marcó un gol después de disparar, en la misma jugada, hasta cuatro veces y con un toque en el brazo de Campillo totalmente involuntario. La siesta vino a continuación cuando el Nàstic se estiró tímidamente pero con falta de acierto. Siesta excesivamente prolongada por un equipo que tenía la necesidad de puntuar.

    Luego llegó la migraña al ver con desesperación como se malograban ocasiones por la mala elección final en la resolución de la jugada (Manu, Maikel y Delgado). Al equipo le faltó chispa, alegría y brío que tampoco supieron imprimir los ingresados en el terreno de juego Jean-Luc, Muñiz y Burgui. La esperanza del empate asomó en algún momento pero se desmayó pronto cuando el Lugo se volvió a adueñar del centro del campo.

    Si el partido era un duelo de murallas, la de Lugo fue más sólida. El miércoles frente al Barça B confiemos que sea un jornada feliz y no adelantemos el día de los difuntos.

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

DIMITRIEVSKI (7): Paró dos de los cuatro tiros que provocaron el gol. Se mostró seguro en su buena línea.
KAKABADZE (4): Falló en la marca del tanto local; no se prodigó en ataque y sufrió en el marcaje individual.
MOLINA (6): De lo mejorcito del partido. Tapó errores de los compañeros y fue expeditivo en labores defensivas.
PERONE (5): Inseguro, le sacaron de la zona y le generaron dudas. Acabó mejor que empezó el partido.
JAVI (5): Ha perdido frescura, problemas para frenar a su par y en ataque estuvo ausente y sin ideas.
ZAHIBO (4): Flojo encuentro, no pudo dominar la zona ancha y erró las combinaciones. Debió aparecer más.
GAZTAÑAGA (4): No supo dar equilibrio y se cargó pronto con una tarjeta; malogró algunos pases.
TETE (3): Tuvo lagunas en el control del balón, pienso que está verde para la categoría. No desbordó por su banda.
MAIKEL (5): No estaba al cien por cien, lo intentó pero le faltó rapidez. Tuvo el empate en un tiro desde la frontal.
DELGADO (4): Estuvo más activo pero equivoca siempre la definición: chuta cuando debería centrar y al revés. Precisa un descanso.
MANU (5): Dispuso de un par de ocasiones que malogró por errores. Luchó más con el corazón que con la cabeza.
JEAN-LUC (4): No pudo ejercer de revulsivo porque está aún sin la forma precisa,  añoramos su electricidad en la carrera.
MUÑIZ (4): No supo darle pausa al partido para jugar el balón. Se perdió en protestas vanas.
BURGUI (-): Sin tiempo.
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