martes, 19 de junio de 2018


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El tándem de la tranquilidad y esperanza para la temporada 2018/19, Gordillo-Andreu.

En el análisis a la temporada del Nàstic hoy toca hablar del banquillo. Si existe una casa de los horrores creo que tendremos que crear  el banquillo de los errores con D.O, Nàstic de Tarragona. Desde la marcha del valenciano Vicente Moreno, el Nàstic ha realizado fichajes de entrenadores low cost que han sido un fracaso.  Juan Merino perdió los papeles a las pocas jornadas; Nano salvó los muebles pero con la inestimable ayuda de Promosport y se cerraron las heridas de temporada. 

En julio de 2017 se apostó desde la SAD por Lluis Carreras como titular del banquillo pero en clara contradicción con el área deportiva de Emilio Viqueira el matrimonio fue tan desavenido que ya en la luna de miel, en la cuarta jornada, le dejaron con las maletas en la puerta. El remiendo se encontró en la Pobla, Rodri ejercería provisionalmente, pero una sola derrota en las primeras cinco jornadas le dieron los galones de la continuidad. La decisión fue precipitada, Rodri es un entrenador teórico y estudioso pero que en la práctica se equivoca.

Después de la derrota en el Molinón se decide prescindir del técnico y recuperar a Nano. El manchego se instala en una irregularidad y un desconcierto a la hora de las alineaciones con planteamientos contradictorios y cambios de lo más surrealista. La derrota en Lorca aboca a una ruptura entre Promosport y Josep Maria Andreu que se tensará más con el desastre frente al Sevilla Atlético que obliga al presidente a tomar la decisión del cese de Nano y contratar por decisión personal (y acertada) a Jose Antonio Gordillo.

El de Morón sin buscarlo se encuentra con un Dejavu de la pasada temporada tres partidos en los deberá sumar nueve puntos. Y lo logra después del calvario del primer tiempo ante la Leonesa; cierra un buen balance: tres victorias, nueve puntos, ocho goles a favor y tres en contra. Pero el gran problema del Nàstic ha sido el haber dispuesto de cinco preparadores físicos distintos durante la temporada, aunque el mejor Jordi Abella estuvo en dos etapas y buena parte de culpa ha tenido en la salvación del equipo.

En julio se abre otro capítulo con Gordillo de entrenador y Arnal Llibert de director deportivo y con Promosport fuera de la entidad. Ahora toca aligerar la plantilla, valorar los jugadores que sirven para el nuevo proyecto y cazar buenas piezas en el mercado de verano.
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