domingo, 29 de septiembre de 2019



Brugué controlando un balón, ante la mirada de Bonilla.

El problema del Nàstic tiene nombre y apellido, se llama marcha. No es que necesite una marcha nupcial con el divorcio existente entre las ideas de Bartolo y su puesta en escena sobre el tapiz verde; tampoco precisa una marcha fúnebre pues estamos en la sexta jornada y restan todavía treinta y dos; menos aún una marcha militar porque constriñería la creatividad. El Nàstic precisa una marcha concreta, la quinta.

En el viejo Municipal de Lleida (acaba de soplar las cien velas desde su inauguración) los ilerdenses jugaron todo el partido con la quinta marcha puesta, el Nàstic no pasó de la cuarta y en ocasiones bajó hasta la tercera y fue cuando el coche se caló. Antecedentes los hay, recordemos los partidos frente al Llagostera, Andorra, los inicios de ambos períodos ante el Barça B y algunas fases del partido frente al Cornellá, y es que la quinta marcha no la sabemos encontrar.

El Nàstic en Lleida fue un equipo triste, acomplejado y con una evidente diacronía entre la esencia del futbol que pretende Bartolo y la asimilación de sus jugadores. Atrás los granas volvieron a ser un queso de gruyere en un naufragio posicional estrepitoso; en el centro del campo excesiva timidez y retraimiento; y la balanza de las bandas fue muy desigual se perforó mejor por la zurda que por la diestra. En la punta de ataque un jugador abandonado a su suerte y con ayuno de balones.

Los locales fueron superiores porque se agigantaban en los balones divididos, eran más ambiciosos en las segundas jugadas y tiraban mejor las verticales para ganar las espaldas de los defensores del Nàstic. El debut de Oscar Sanz fue un riesgo baladí porque al chaval bloqueado por la responsabilidad apenas se le pudo ver. Cierto que hubo dos palos (Bonilla y Pedro Martín), pero los azulados también dispusieron de ocasiones para agrandar la diferencia.

Inquieta y empieza a alarmar que después de dieciocho puntos disputados el Nàstic solamente haya sido capaz de sumar cinco. Además con 11 goles en contra sea el tercero más goleado de los ochenta equipos de Segunda B por detrás del Sanse de los Reyes (18) y Celta B (12).  Y el domingo en sesión matinal el CD Castellón.

1x1 Puntuación del 1 al 10

BERNABE (5): Tuvo una salida precipitada pero solventó bien el poco trabajo que tuvo entre los tres palos. Volvió a agobiarse con la salida del balón.
ALBARRÁN (4): No supo imponerse en la labores defensivas con otra tarjeta por juego peligroso; inédito en los quehaceres ofensivos.
GOLDAR (6): No llegó al aprobado en el primer tiempo como central, mejoró luego como pivote en el centro del campo. Dio mejor salida de balón.
JUAN RODRIGUEZ (4): Aturdido, permisivo en la marca y lento en la salida del esférico. Tampoco supo coordinarse con sus compañeros de retaguardia.
PERONE (4): Fue el más regular de los tres pero con la mácula de la inoperancia en evitar el gol. La faltó sacarse la presión de encima.
BONILLA (5): Mal en la faena de contención y errático en los pases. Dos centros suyos sirvieron para sumar dos postes el segundo en remate de Pedro.
OSCAR SANZ (4): Desapercibido salvo en la tarjeta amarilla que vio. La responsabilidad de la situación del equipo no debe de pasar por las botas de los jugadores del filial.
PETCOFF (5): Inercia de control de balón pero con mucho pase horizontal e incapaz de filtrar buenos pases.
BRUGUÉ (4): Inadvertido en el primer tiempo, no tuvo presencia en el juego; mejoró algo en la segunda parte pero sin brillar.
POL BALLESTEROS (6): El único que se atrevió a encarar y tuvo descaro en buscar el área rival, cierto que tuvo intermitencias pero no entendimos el cambio.
PEDRO MARTÍN (5): Abandonado a su suerte; esclavo de un sistema que no le favoreció. Recibió las iras de su antigua afición.
LOLO PLA (3): Jugó con anarquía y perdió balones por no combinar antes. No buscó el juego directo.
HABRAN (1): Habrán podido ver que no tocó ni un solo balón.
POL VALENTIN (2): Liberto le rompió dos veces la cintura, fue incapaz de encarar al defensor y creer peligro por la banda.
JONATHAN PEREIRA (0): Un jugador de su experiencia no le puede decir al asistente. ¡Eres un cabrón¡.

XAVI BARTOLO (3): Si quiso dar una lección a Viti, perjudicó al equipo. Oscar Sanz no estaba para debutar de titular. No entendí el cambio de Pol Ballesteros. Arriesgó probando a Goldar de pivote cuando no lo había probado en toda la pretemporada.

IVAN CAPARROS HERNÁNDEZ (7): Buen arbitraje del colegiado valenciano de 29 años que lleva 6 temporadas en Segunda B. Aplicó bien la ley de la ventaja y no fue permisivo con la dureza local. Justo en los descuentos.
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