La orilla queda lejos

16:57  

A falta de tres jornadas para que se cierre la primera entrega de la liga en el grupo tercero de Segunda B, si el Nàstic fuera un náufrago y la orilla a la que quiere llegar la zona de play off, temeríamos por la vida del hundido. Mucho tendrá que nadar para poder descansar en la arena de la playa. Habrá que saber con que corrientes marinas se encontrará en la segunda vuelta y si podrá sacar fuerza del fondo de su alma para dar las últimas brazadas y no morir en el intento.

La distancia a falta de los nueve puntos en disputa se nos antoja larga, casi insuperable. Si el listón del peaje a la autopista de la promoción de ascenso lo situamos en los 62 puntos (golaverage al margen) un Nàstic fortalecido en el mercado de invierno y amortizando el factor campo tal vez podría engancharse in extremis pero con un margen de error pírrico. Si la marca de puntos la colocamos a 64, la tarea tendría que encomendarse a Sant Magí y Santa Tecla.

La lástima será haber perdido una temporada; haber  tirado por la borda toda la ilusión y el ADN grana que animaba a la afición; haber dilapidado la confianza que 5.400 socios han dado al Nàstic, a pesar del descenso. Cierto que existe un precedente titánico de recuperación de puntos con Vicente Moreno en que se lograron juntar diecisiete jornadas de imbatibilidad que solamente se truncaron en el maldito futbolín de Llagostera.

Las rachas suelen existir en cada Liga y en la mayoría de equipos, pero por ahora el Nàstic ha de mirar de sumar estos nueve puntos para fijarse que la orilla está más cerca y coger fuerzas para nadar a todo tren para alcanzar el objetivo.

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