jueves, 25 de marzo de 2021

 

Equipo de la temporada 1985/86 que no pudo entrar en el grupo único de Segunda B. Parejo, Eloy, Dani, Santi Coch, Salinas, Gala; Vizcaino, Cunillera, Bañeras, Garriga y Zamora.

Señoras, señores la Segunda División B ha fallecido, de hecho el deceso se producirá el 30 de junio del 2021 después de haber sobrevivido a tres operaciones estéticas para alargarle su juventud; la Segunda B nos deja después de 43 años de existencia (EPD). El presidente de la RFEF, el catalán Pablo Porta, la temporada 1976/77 se sacó de la chistera una nueva categoría en el futbol español, un puente (al estilo Calatrava) entre la Segunda y la Tercera.

Lo único que pudieron decir los clubes fue amén, porque todo se fraguó en la junta directiva de la Federación. Cuarenta equipos asistieron al parto de la Segunda B divididos en los grupos Norte y Sur, el Nàstic no pudo acceder a ella hasta la segunda temporada, 1978/79 y lo hizo en el grupo Sur.

En los primeros años el nivel de la categoría era muy alto y en ella se refugiaban algunos jugadores en el ocaso de sus carreras; existía la competencia y la igualdad a pesar de que la respuesta de espectadores no pasó de discreta. La Segunda B se fue deshinchando y en la temporada 1985/86 se decidió, con el beneplácito de los clubes, fusionar los dos grupos en uno solo de veintidós equipos. La decisión fue un desastre.

Desplazamientos interminables (Lugo-Almería; Pontevedra-Gandía; dos visitas insulares a Tenerife a Sa Pobla), presupuestos altísimos, descensos administrativos por deudas, pocos alicientes deportivos y escasa cobertura mediática. Tal fue el caos que la temporada 1987/88, la categoría se decidió que fuera NO profesional y pasara a tener cuatro grupos de 80 equipos, es decir de los cuarenta se pasó a veintidós y luego casi se multiplicó por cuatro.

A mediados de los noventa se puso sobre la mesa un proyecto para devolver los dos grupos originales en dos temporadas, eliminado un grupo por curso quedándose dos grupos de 22 equipos, para en la siguiente temporada dejarlos en 20. Una gran mayoría de clubes votó por no volver a mover la Segunda B.

Y justo en la temporada más complicada por el COVID19, José Luis Rubiales optó por remodelar la categoría ampliándola en el ejercicio actual a 102 clubes. Una división que ya no se llamará Segunda B, sino 1ª División de la RFEF, pero el contenido de la misma es aún una incógnita cuando ya hay treinta equipos que se han ganado un puesto para la próxima temporada.  

Creo que el proyecto no lleva el nombre de Rubiales sino el de Pepe Gotera y Otilio. Una desvergüenza federativa que supondrá la ruina de al menos media docena de clubes.

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