La Placa
Una placa no deja de ser solamente un trozo de mármol, en este caso de 60x40 centímetros, con una inscripción. Somos las personas quienes insuflamos vida a estos rótulos, los ciudadanos son los que pueden inyectar sentimiento y nostalgia sobre una placa. Estos distintivos son hitos que delimitan la historia de las entidades que conviven en una urbe.
Ayer 20 de agosto de 2022 se cumplían exactamente cien años, un siglo, de que el cardenal Vidal i Barraquer bendijera las instalaciones de l'Avinguda de Catalunya hogar del Gimnàstic durante casa cincuenta años, hasta el 23 de enero de 1972. A partir de ahora las nuevas generaciones de nastiquers podrán ubicar donde se encontraba el antiguo campo del Nàstic en el que germinó el amor de cinco generaciones de seguidores granates que siguen transmitiendo sin pausa.
Hubo cuatro intervenciones en el acto, la regidora Mary López, responsable d'Esports de l'Ajuntament, que cuando bajó la persiana el camp vell, le faltaba aun un año para venir al mundo. El presidente del club Josep María Andreu que con nueve años se sentaba en la grada del Gol Marcador. El alcalde Pau Ricomá que su tío abuelo Joan, fue el presidente de 1945 a 1950, la primera etapa de oro del club, y que compró la cubierta del Camp de Les Corts, al presidente del Barça, Josep Vendrell que era su suegro, y que nunca se llegó a abonar.
Y mi breve parlamento sobre la historia del campo que me remitió a los ocho años, cuando con mi padre comencé a perseverar en la asistencia cada quince días para ver al Nàstic, y como muy bien dijo el alcalde, 'íbamos, entonces, sin importar el rival porque por encima de todo estaba la fidelidad al equipo de casa'.
En estos tiempos que estamos inmersos en la globalización bueno es que existan entidades que quieran preservar sus ancestros, que mimen su patrimonio y que quieran compartir con la ciudadanía su historia. Gracias Club Gimnàstic de Tarragona.
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