miércoles, 29 de octubre de 2014


Manolo Martínez, 'la tanqueta de Bigastro'.

The Times they are a changing¡ que cantaba Bob Dylan. Llega la festividad de Todos los Santos con las castañeras luciendo escote para no asarse como las castañas; los panellets han dejado de ser artesanos y se han convertido en arteinsanos, empaquetados desde hace semanas aguardando en la soledad de una estantería del Mercadona a que alguien se los lleve a casa (como al langostino Rodolfo), y don Juan, ay¡ ahora para conquistar a doña Inés como no se apuntara a Mujeres, hombre y viceversa lo tendría crudo por muy Tenorio que se apellidara, por cierto el único campo de fútbol bautizado con el nombre de un literato es el de José de Zorrilla, autor de Don Juan Tenorio, en Valladolid.

Viene todo a colación porque el domingo, antiguamente día de los Difuntos, o sea después del día de Todos los Santos (que también están difuntos) el Nàstic se enfrentará en un duelo inédito en Liga al CF Cornellá (que seguramente llegará con algún retazo del orgasmo futbolero de enfrentarse al Madrid en Copa) y se recomienda ir de manga corta (hace un puñado de años a éstos partidos se asistía con abrigo y bufanda, the times they are a changing¡¡).

Este preámbulo es tan innecesario como las excusas del Gobierno por los casos de corrupción en el Partido Popular para después cruzarse de brazos. Hoy quiero hablarles de la tanqueta de Bigastro, a quien me refiero?, pues a Manolo Martínez Lara, nacido hace 34 años en la localidad alicantina cuyo plato mas famoso es el cocido con pelotas (les suena?) además de poseer una imagen del gran escultor murciano Salzillo. Manolo  llegó la temporada 2003-04 al Nàstic, logrando dos ascensos y disputando 82 partidos, marcando cuatro goles, luego se fue al Tenerife, Recreativo y Levadiakos en Grecia. En julio volvió, generando alguna duda sobre el estado de su rodilla operada.

Duda, en el Málaga, porque Manolo ya se ha convertido en el jugador que siempre fue, fiel a su estilo, exhibiendo rango en el centro del campo, referente en la medular, duro, competitivo, experimentado,  por eso más que un tanque me parece una tanqueta (el primero lleva cintas articuladas y es más lento, el segundo con ruedas es más rápido) porque Manolo tiene movilidad, astucia, sabe intimidar pero también posee sabiduría para refrescar el juego,  tiene carácter y pasta de líder pero siempre desde la humildad.  En Reus, Manolo Martínez estuvo soberbio, clarividente, con dotes de mando, fue un muro infranqueable para el rival, pero lo más importante del alicantino es que ya tiene el ADN grana y ésto que no se puede adquirir en la botiga del Nàstic, es un plus añadido sobre el césped. ¡ Bienvenido de nuevo a ésta tu casa¡.
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