domingo, 19 de octubre de 2014

Nàstic 1-0 UE Olot

La sonata es una composición musical para cuatro o cinco instrumentos solistas pero que deben culminar una obra grupal llena de armonía. Nada a ver con la 'Sonata de Otoño' escrita en los albores del siglo XX por Ramón María del Valle Inclán que cuenta una sucesión de aventuras del Marques de Bradomín. El juego del Nàstic se ha parecido a una sonata con excelentes solistas (Lago, Rayco, Marcos, Valentín o Rocha) y por temporalidad (otoño) me ha reavivado los recuerdos de la novela del autor maldito.

El planteamiento inicial ha sido generoso por parte de Vicente Moreno buscando la puerta rival a base de mucha combinación, alternancia en las bandas y eso si, un único defecto, el abuso deshonesto de penetrar por el centro con pases cortos. El Nàstic disparó hasta dieciocho veces sobre la meta olotense, pero los defensores gerundenses parecían llevar un imán incorporado (como los colegiados portan el espray) porque muchos balones los desviaba finalmente alguna parte de su cuerpo. Ha sido un encuentro lleno de esencia futbolística al que solamente le ha faltado el perfume de una mayor cantidad de goles, floreció el fútbol en el Nou Estadi en pleno otoño y con una hierba que está más para fumársela que para hacer correr el esférico.

El Olot fue incapaz de chutar una sola vez sobre la meta de Reina algo insólito si tenemos en cuenta que en sus filas están Sielva y Simón (con pasado perico), Carlos Martínez (un goleador nato),  Corominas (con el Hospi siempre creó peligro) y Uri (Llagostera, que por cierto ayer perdió 1-4 con el Mallorca); por tanto mérito del Nàstic fue haber cerrado pasillos y haber interpretado con cerebro la presión sobre el contrario. Las rotaciones en el once grana dieron sus frutos: mayor posesión, más llegada por bandas y más definición, aunque con errores en la ejecución (disparar un segundo antes, ajustar mejor el cuerpo para el tiro o no gustarse en exceso en la media luna del área forastera).

El sistema defensivo del Olot con dos líneas de cuatro un tanto estáticas me recordaba a los terracotas de Shi Huang que no se mueven pero siempre están  y que también era amarillos como las camisetas de los de la Garrotxa. A pesar de la aplastante superioridad en los últimos minutos apareció la zozobra por si el destino nos quisiese castigar por habernos reído del mal ajeno cuando el próximo rival del Nàstic perdió el partido de penalti en el descuento. 

El 1x1 (puntuación del 1 al 10)

REINA (6): Tuvo un día de campo y playa. Los únicos balones que tocó, fueron cesiones.
GERARD (8): Slaloms continuos por su banda, el último fue Gigante. Se supera.
MOSSA (6): Alguna vacilación defensiva, procuró participar más en ataque.
MARI (8): Impecable con un admirable sentido de la anticipación.
XISCO (8): Taponó a la perfección y cuando fue necesario supo jugar en largo.
MANOLO (6): Trabajo de zapador, lidió con experiencia y se ganó una amarilla. 
ROCHA (7): Muy encimado por el rival, tuvo más desahogo en la segunda parte.
JEAN-LUC (7): Imprimió velocidad y ritmo, pudo definir alguna jugada que optó por pasar.
MARCOS (8): Labor de esfuerzo impagable, le faltó el merecido premio del gol.
RAYCO (8): Tuvo tres claras ocasiones que fabricó y malogró, pero hizo un gran tanto.
LAGO (9): Partido perfecto. Desbordante, pasador, chutador, e icnlusó defensor.
CRISTOBAL (6): Era difícil entrar en el partido, lo probó.
JAVI (6): Aprovechó un par de contras, me pareció que recibía un penalti.
LUISMI (6): Pocos minutos. Refrescó su banda.
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