miércoles, 1 de junio de 2016




     Dan Evans se compromete a llevar desde Arizona hasta la cárcel de Yuma al peligroso delincuente Ben Wade, pero tendrá que esperar El tren de las 3.10 (que da título a la película) para embarcar con su preso y evitar su liberación por la banda de forajidos que capitanea. Para el Nàstic su tren pasa el sábado a las 20.30 por la estación del Nou Estadi, pero deberá estar atento a los forajidos del Leganés que pretenden asaltar la estación de Anduva para capturar los tres puntos.

   Este símil con el ferrocarril (a parte de reivindicar la necesidad del tercer fil del corredor del mediterráneo) tiene su lógica si nos detenemos a pensar que Miranda de Ebro fue en los años sesenta un importante nudo ferroviario junto a Monforte de Lemos, Alcazar de San Juan o Venta de Baños. 

    Los mirandeses tienen muy asumida y respetada la cultura ferroviaria, con dos asociaciones y un visitado museo. Además justamente los dos equipos que se erigen en árbitros de la plaza directa de ascenso a Primera, Miranda y Vitoria distan poco más de 35 kilómetros.

    El viejo campo de Anduva se llenará a reventar con más de 6.500 espectadores y el Nou Estadi responderá con cerca de 15.000 aficionados. El Nàstic quiere subirse al tren y procurar que en los noventa minutos de trayecto no descarrile. Por su parte el Leganés no mirará hacia la Imperial Tarraco y su obsesión será que su tren no caiga en vía muerta. Será la hora y media de juego más intensa, cardíaca y apasionante que nunca antes hayamos vivido. 

   Trenes preparados, pasajeros a punto y aquí si que no habrá retrasos de salida como en RENFE y Rodalies, a las 20.30 puntualmente los jefes de estación Eiriz Mata en Tarragona y Ocón Arraiz en Miranda harán sonar su silbato para que se inicie el trayecto. Pase lo que pase para el Nàstic será un éxito extraordinario y si se ve obligado a jugar el play off, pienso que partirá como favorito.
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