domingo, 5 de febrero de 2017

Por las camisetas pareció Un Barça-Real Madrid...

     La situación de alerta del Nàstic ya entró en el nivel 5, el máximo. Opositar durante tantas jornadas al farolillo rojo de la clasificación hace que el equipo se enquiste y sea incapaz de sacar el cuerpo de las arenas movedizas del descenso.  Mal pinta el futuro. Un horizonte de nubarrones, temporales y vendavales augura un devenir con pocas esperanzas. Ya no sirve tejer una red de excusas para justificar lo injustificable: se causó una buena impresión, se tuteó al líder, dispusimos de más posesión, marcó Delgado el jugador más caro de la plantilla...sí, pero no se puntuó.

    Otras jornadas se lamían las heridas en el trato discriminatorio de los colegiados,  en algunas expulsiones absurdas de jugadores granas o en la mala suerte. Regresemos de Matrix y vivamos la cruda realidad. El Levante ejerce de líder porque lo poco que genera arriba lo acierta y lo mucho que le pueda llegar atrás no falla. El Nàstic convierte la oración en pasiva. Los tarraconenses son un equipo endeble emocionalmente, estigmatizado por su posición en la tabla clasificatória y aturdido por los cambios de sistema.

   El juego, salvo alguna excepción, es discontinuo, con jugadores que practican el guadianismo -aparecen y desaparecen-; en Valencia, Delgado no apareció hasta el segundo tiempo con un gol y poco más; Cordero  tuvo fogonazos demasiado aislados; Gerard, como viene siendo habitual volvió a romperse; y Luismi, con la tarjeta tempranera tuvo que bajar una marcha. Si Merino no dispone de once guerreros que puedan luchar al cien por cien sin desapariciones ni ausencias del juego, el objetivo sera pura quimera.

  El Nàstic tuteó al Levante en su campo, se pertrechó bien atrás y consiguió generar peligro pero sin hacer sangre. En la segunda parte ya se vio que conservar el empate entrañaba complicaciones, el paso atrás del equipo le dio a los locales más engarce en su fútbol y más llegada. No se jugó mal, pero se perdió. En el Ciudad de Valencia los cambios locales engrandecieron al equipo, los visitantes lo minimizaron. 

  El equipo está enchufado al oxígeno para seguir con vida, pero si no suma los próximos seis puntos la desconexión será un triste realidad. 

1x1 (Puntuación del 1 al 10)

REINA (5): Estuvo nervioso, nada pudo hacer en el primer gol pero en el segundo pudo reaccionar antes. 
GERARD (5): Se activó por la banda pero sin desborde. Luego vino su enésima lesión muscular. Falta un lateral derecho.
SUZUKI (6): Bien posicionado como central diestro estuvo en alerta siempre, excepto en la jugada del primer tanto. 
IAGO (6): Un par de errores, uno en la contra del segundo gol. El resto de partido cumplió sin estridencias.
PERONE (6): Se le anticiparon en el gol inicial. Por lo demás se mostró contundente y acertado.
MOSSA (7): Talante ofensivo con llegada, dominio y determinación. En defensa cumplió a secas. 
LUISMI (6): Otra tarjeta infantil que le condicionó todo el partido. No se fue a la calle por la misericordia del colegiado.
TEJERA (8): Se asoció bien con Emaná, robó balones y dio consistencia al centro del campo. Cubrió los huecos de sus compañeros.
CORDERO (6): Le costó entrar en el partido, más desinhibido en el segundo tiempo. Aportó fútbol pero en cuenta gotas.
DELGADO (6): Invisible en el primer período. En la reanudación participó en alguna jugada y marcó el gol. Ha de ser más desequilibrante.
EMANÁ (8): Genio y figura. Llevó de cráneo a la defensa local. Creó peligro y dio asistencias que sus compañeros no supieron canalizar.
GINER  (6): Jugó en banda cambiada. Cerró bien el carril defensivo, pero le costó crear jugadas de ataque.
MADINDA (6): Dio frescura al medio campo, organizó bien el fútbol. Tal vez debió avanzar su posición algunos metros.
MANU (-): Sin tiempo, debió entrar antes.
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